Tenemos ministro de Exteriores (por fin)

José Manuel Albares, Ministro de Asuntos Exteriores

No sé si han fijado ustedes en los primeros dos meses y medio de trabajo del nuevo ministro de Exteriores, José Manuel Albares. A mi me ha sorprendido bastante. También, hay que decirlo, por contraste con la etapa anterior. Arancha González Laya ha sido una calamidad política tan evidente para este país –dicho con todo el respeto del mundo-, que no hay color. Ahora se ve con más claridad.

Albares, en sólo diez semanas, ha afrontado con bastante éxito hasta cuatro cuestiones peliagudas, de la máxima importancia para España:

Uno. Crisis con Marruecos. El nuevo ministro recompuso, en tiempo récord y con gran discreción, las relaciones rotas con el país vecino. La insólita entrada en España, por temas humanitarios, del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, para ser tratado en un hospital de Logroño exasperó a las autoridades marroquíes, que reaccionaron abriendo las puertas de sus fronteras con Ceuta. Ha sido una de las peores crisis migratorias en décadas, al permitir y propiciar que cerca de 10.000 marroquíes accedieran a la ciudad autónoma. Las aguas volvieron a su cauce y el pasado 20 de agosto, el propio Rey de Marruecos pronunció un discurso conciliador y habló de la apertura de una “nueva etapa inédita” en la relación con España.

Dos. Salida urgente de Afganistán. Albares jugó un papel clave, junto a la ministra Margarita Robles, en la impecable salida de Afganistán de las tropas españolas, el personal de la embajada y bastantes colaboradores afganos. Se realizó un esfuerzo titánico desde Exteriores y Defensa, en tiempo récord y en circunstancias especialmente peligrosas. Pero no quedó ahí la cosa. El ministro realizó después viajes a Pakistán y Qatar para abrir corredores humanitarios alternativos al cierre del aeropuerto y dar cobertura a los que quedaron atrapados.

Tres. Freno al traslado de la Organización Mundial del Turismo de Madrid a Arabia Saudí. Moncloa encargó a Exteriores asegurar que la sede de la Organización Mundial del Turismo se quedara en Madrid, donde ha estado desde su nacimiento en 1975. Las noticias eran inquietantes pues el país del Golfo desplegó por sorpresa una ofensiva diplomática de amplio alcance para arrebatarle a España este organismo. Albares se reunió con el embajador saudí, Azzam Abdulkarim Al-Qain, para mostrar “su más rotunda oposición y rechazo a su iniciativa” y logró a unir a Europa y los países Iberoamericanos en defensa de España. Hace dos semanas, Arabia Saudí anunció su renuncia a este movimiento.

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Cuatro. Gestiones en Argelia para asegurar el suministro de gas a España. El pasado 30 de septiembre el ministro Albares viajó a Argel para reunirse con el presidente del país, acompañado por una delegación de inversores españoles. Exteriores asegura que Albares recibió de Argelia garantías de que este país cumplirá con el suministro de gas a España pese a la crisis diplomática que tiene abierta con el vecino Marruecos, por donde hasta ahora pasaba parte del gas argelino con destino a la península. De momento, aquí tenemos solo palabras. Pero valoro la rapidez con la que ha actuado el ministro en un tema crucial para la economía doméstica de todos los españoles. Veremos si se cumple la promesa, pero era una gestión necesaria y conveniente.

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