Tic-tac: Unidas no Pueden
El suceso tuvo lugar en enero de 2015. Hay que ver cómo pasa el tiempo porque parece que fue ayer. Ese día, Pablo Iglesias desembarcó en Valencia para un mitin en el Pabellón de la Fonteta. En el horizonte, las elecciones generales a final de año, aquel famoso 20-D que no sirvió para nada porque España tuvo que volver a las urnas antes de que se consumara aquel matrimonio entre PSOE-Podemos que a alguno le provocaba insomnios.
Ese día, Iglesias soltó una de sus ocurrencias y popularizó su famoso tic-tac.
-- “Vamos a mandarle un mensaje a Mariano Rajoy: ‘tic tac, tic tac, tic tac...’. El 31 de enero empieza la cuenta atrás”. “Podemos no nació para protestar, para ser una fuerza testimonial. No nacimos para ir a las tertulias, nacimos para ganar, y le vamos a ganar las elecciones al PP”.
El mantra cuajó y las terminales mediáticas de Podemos glorificaron la pegadiza expresión, con mensajes reivindicativos sobre el poco tiempo que le quedaba al entonces presidente en La Moncloa por culpa de Pablo Iglesias.
Después, pasó lo que pasó.
Pero, con el transcurrir de los años, la leyenda ha envejecido mal. El desgaste del partido que contribuyó a fundar Pablo Iglesias es tremendo. Hace aguas por todas partes. Y la mismísima Yolanda Díaz acaba de dar con la clave: es una lucha de egos, con pocos precedentes.
Esto es lo que amenaza con convertir a Unidas Podemos en una mera fuerza testimonial, un episodio anecdótico incluido en un recuadrito breve dentro de los libros sobre la historia política española. Yo ya estoy pensando en un epitafio. Podría ser algo semejante a esto: “El partido surgió como se fue, como un calentón”.
Escisiones en toda España. Peleas con confluencias en múltiples regiones. Traiciones de todo tipo. Cuchilladas a miembros del partido incluyendo testimonios en falso en sede judicial. Nula capacidad para el debate interno, para integrar a discrepantes. Y ahora, nuevamente, la sombra de la corrupción que tanto afean al resto de partidos.
Cuentan que el famoso tic-tac es una muletilla que utilizó originalmente el comandante Hugo Chávez durante su toma de posesión el 2 de febrero de 1999, en Caracas.
Así se escribe la historia.
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