Carta a Pablo Iglesias

Hoy pensaba dirigir estas líneas a Pablo Iglesias, diputado en el Congreso, líder de Podemos.

Entiendo, Pablo, que esta última temporada te hayas sentido desmotivado, incluso desfondado. Así se te vio, al menos, aquellas semanas de Navidad y de comienzo de año en las que estuviste prácticamente desaparecido. Y ahora mismo, tampoco se te nota muy animado, políticamente hablando. Es mi impresión.

Quizá ocurra que has comprobado que esto no es como soñabas. Que las cosas no han salido. Que no se cumplen los sueños y esperanzas de aquellos arranques iniciales, esbozados en base y a partir del 15 M.

No se ha producido una irrupción espectacular y definitiva en la vida del país, con las masas detrás, hasta llegar a la conquista del palacio de invierno. O sea, de la presidencia del Gobierno. A día de hoy, La Moncloa queda muy, muy lejos.

Algo parecido ocurre con las urnas, que tampoco acaban de responder. No hay crecimiento en la intención de voto. Peor aún, las encuestas empiezan incluso a ser negativas. Y te sigue castigando esa posición confusa, difusa, acerca de la situación en Cataluña y del 'procés'.

Vídeo del día

Feijóo confirma a Dolors Monserrat, que repetirá como
candidata del Partido Popular a las elecciones europeas

 

Parece también que aquel impulso inicial, el arreón de los primeros tiempos, se está agostando. No hay novedad, no hay sorpresa, no hay ilusión. Por supuesto, seguís trabajando y empujando, pero sin la alegría de los comienzos. Y eso se nota.

Por si faltara algo, tantos amigos del alma, de los primeros tiempos, se han ido alejando. Empiezas a notar la soledad. Y, entre los que quedan, algunos andan conspirando o poco menos, como Íñigo Errejón y Carolina Bescansa. Además, Íñigo va a llevar de número dos a Tania Sánchez

Hasta has tenido que aceptar el indeseado yugo de los anticapitalistas, que no son exactamente los tuyos, para sobrevivir políticamente. Y que apoyarte en Ramón Espinar.

Por los territorios, las cosas no se presentan mejor. Se prepara una peligrosa escisión en Andalucía. En Galicia, las Mareas van ya a su aire. En tierras valencianas, Compromís se ha planteado volar en solitario. En Cataluña, la ambigua posición de Ada Colau provoca rechazo en amplios sectores amigos.

Quizá la única noticia positiva, desde mi punto de vista, son esos gemelos que vienen. Enhorabuena a los dos y que todo os salga bien. Al menos en este terreno.

editor@elconfidencialdigital.com

En Twitter @JoseApezarena