El jefe nivel 30 de los 60.000 euros en viajes, comilonas y coche oficial

Se ha montado una buena bronca en este blog a raíz de mi comentario del pasado miércoles. Admito que tengo parte de culpa por no haber hilado muy fino.

Relaté un caso real: la anécdota que contó recientemente un catedrático durante un curso dirigido a funcionarios sobre buen gobierno en la Administración. Titulé la pieza afirmando que sobran funcionarios.

Creo que es así porque, por ejemplo, el estado de las autonomías replica puestos que acaban siendo redundantes. Es necesario simplificar esta estructura que amenaza con devorarnos por los pies. Le pese a quien le pese.

Sin embargo, tienen razón quienes han argumentado que la principal moraleja de aquel relato no debía ser que sobran funcionarios (dicho así, en general) sino que sobran empleados públicos. Y más concretamente, que sobran asesores, consejeros de libre designación, personal laboral y contratados.

En este sentido, me ha llamado especialmente la atención, y por eso le hago hueco en este escrito, el caso que narra uno de los comentaristas despechados. Otro caso real que refleja muy bien cómo están las cosas. Dice así:

En mi departamento todos somos empleados públicos. El jefe, un político que jamás ha sido funcionario; sus asesores y adjuntos, enchufados a dedo que forman parte de su equipo desde hace años y que tampoco han aprobado nunca una oposición (algunos con carné del partido gobernante; otros, simplemente “amiguetes”).

Hablo de los puestos ocupados entre los niveles 28 y 30 (los que ganan más de 50.000 euros/año). En total, de las 10 personas que formamos el equipo, incluyendo al jefe, 6 son puestos a dedo, 2 son técnicos de grado medio y 2 son auxiliares.

Estructura absolutamente piramidal inversa. Y de esas 10 personas, sólo 4 son (somos) funcionarios de carrera, que soportamos el 80% del trabajo efectivo en dicho departamento.

No sobran funcionarios: sobran políticos con sus enchufismos, sus amiguetes, sus prebendas, sus coches oficiales, sus comilonas, sus viajes transoceánicos en business (mi jefe, p.ej., lleva apenas 10 meses en el cargo y lleva gastados unos 60.000 euros en viajes); eso sí, no tiene ningún pudor en recortar prestaciones a los ciudadanos porque “no hay presupuesto”.

 

Más en twitter: @javierfumero

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