Accidente de Barajas: La Moncloa tuvo que intervenir para frenar los rumores de que había sido un atentado

El apagón informativo con que se trató el miércoles el accidente aéreo de Barajas provocó enorme malestar entre la ciudadanía, pero mucho más en los medios de comunicación. La lentitud en suministrar información y las reducidas cifras de víctimas que se reconocían oficialmente contrastaban llamativamente con lo que se publicaba en algunas webs, que pronto empezaron a hablar de “cientos” de víctimas mortales.

El enfado fue especialmente claro en el caso de los corresponsales extranjeros en España, que eran demandados desde sus respectivos medios y, sin embargo, iban pasando las horas y no podían ofrecer datos solventes.

Precisamente entre los corresponsales extranjeros, fruto de la sospecha por la cerrazón informativa oficial, fue donde empezó a circular la posibilidad de que el suceso del avión de Spanair podía ser un atentado terrorista.

La fuerza del rumor llegó a ser tan intenso, sobre todo entre los periodistas no españoles, que la secretaria de Estado de Comunicación, Nieves Goicoechea, tuvo que poner en marcha la maquinaria de La Moncloa para frenar esas hipótesis tan peligrosas. Unas cuantas llamadas telefónicas y el contacto directo con determinados periodistas, fue el remedio que hubo que aplicar.

 

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