Toledo en broma

Si hay en España alguna ciudad que por historia, tradición y cultura merece un respeto, esa ciudad es Toledo. Y en la Ciudad Imperial, ninguna celebración como la del Corpus Christi es acreedora a la más alta consideración desde el punto de vista litúrgico, artístico y hasta turístico.

Pues bien, de todo eso se ha mofado Carmen Chacón, ministra de Defensa, aprovechando un reglamento que nadie pedía, que nadie necesitaba, que nadie echaba en falta y que a nadie importa.

A partir de ahí todo ha sido una sucesión de mentiras, despropósitos y salidas de tono que ni tan siquiera la compostura exquisita de los militares –usados hasta la saciedad como coartada por la ministra- ha podido paliar. Compañías de cadetes de la Academia toledana que desfilan y salen a la calle sin bandera y que hacen regates por las calles toledanas para evitar el recorrido habitual en el que esperaba la gente. Escuadra de gastadores que escolta al Santísimo sin el machete en el arma reglamentaria para no tener que presentar armas. Cadetes con sable y sin armas que permanecen firmes mientras la banda municipal interpreta el Himno Nacional. Presidente de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha que evita encontronazos con los castellano-manchegos y a cuyo paso, ostensiblemente en plena Plaza de Zocodover, las gentes se volvían de espaldas y que tuvo que escuchar gritos que le acusaban de mentiroso.

¿Era algo de esto necesario, o es todo producto del sectarismo enfermizo de una ministra que se envuelve en tonos solemnes en arengas militares sólo cuando le conviene? Un sectarismo que hace escribir en el teletexto de TVE que ‘no se han rendido honores a la custodia de Arfe’. Falso, ni a la custodia ni al propio orfebre se le han rendido más honores que el reconocimiento a su arte. Los honores, mal que le pese a la ministra de Defensa y a los redactores del teletexto, se rinden a ‘Quién es custodiado por la custodia’, es decir al Santísimo Sacramento que adora y en cuya presencia real y susbstancial, cree la fe católica, mayoritariamente profesada por los españoles y, por supuesto, por los toledanos.

Dice el Arzobispo de Toledo –es de suponer que en un encomiable afán de no echar más leña al fuego- que en la procesión del Corpus hay que distinguir lo importante de lo accesorio. Totalmente de acuerdo en que lo importante es la presencia del Santísimo en las calles, pero por esa regla de tres debería Su Ilustrísima, salir en procesión, sin la custodia, sin apenas estandartes, con el Cuerpo de Cristo en sus manos y una vela a cada a lado.

Todo lo anterior es el resultado de un reglamento de honores militares que no se sabe muy bien qué es lo que busca ni lo que pretende, porque lo de que ‘España ha dejado de ser católica’ ya lo dijo don Manuel Azaña cuando ocupaba el mismo cargo que ahora ostenta Carmen Chacón.

Hay una frase hecha que habrá que cambiar: se suele decir ‘estás más feliz que un tonto con una tiza’. Pues a partir del Corpus toledano y del reglamento de honores en el Ejército se podrá decir: estás más feliz que una ministra de Defensa con una bandera de España.

 
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