Nicolas Sarkozy prepara el futuro de su hijo Jean

Este jueves, Sarkozy robó 13 minutos de su tiempo presidencial para rendir homenaje a los policías muertos por Francia. La breve ceremonia tuvo lugar en Neuilly-sur-Seine, la ciudad de la que fue alcalde durante casi 20 años.

Nada puede extrañar que Nicolas Sarkozy quiera estar presente en este homenaje pues son de sobra conocidos su admiración por el cuerpo policial y los estrechos lazos que le unen a Neuilly. Pero esto sólo no explica su presencia.

Y es que el año pasado, Jean Sarkozy, hijo menor del presidente de la República y consejero de la región con sólo 22 años (digno hijo de su padre), quiso organizar esta ceremonia y recibió un no rotundo del alcalde, Jean-Christophe Fromantin, que quiso frenar el apetito del joven Sarkozy por conquistar el ayuntamiento. El tiro le ha salido por la culata.

Este año, ha sido Sarkozy padre el que ha tomado la iniciativa, y el alcalde no ha tenido otra opción que someterse a los deseos del jefe del Estado.

Doble mortificación para Fromantin, que tuvo que asumir el jueves el incómodo papel de recibir a los Sarkozy, padre e hijo. Aguantó estoico la ceremonia y el posterior baño de multitudes que quiso ofrecerse el presidente de la República acompañado de su hijo.

El público estaba totalmente entregado. Sólo un joven protestó al ver a 200 policías vestidos de gala y esperando formados durante dos horas el comienzo del acto. “¡Bravo, así es como detenemos a los golfos!”, dijo al pasar. Unos novios tuvieron que llegar a pie ligero hasta el Ayuntamiento porque la circulación había sido cortada y llegaban tarde a su boda, pero no osaron decir nada.

Ahora será curioso observar lo que el futuro depara a Fromantin. Hasta hace dos años era un perfecto desconocido. Decidió presentarse como independiente a las elecciones legislativas en 2007 porque no encontraba a ningún candidato de su gusto, y alcanzó un honroso 11%.

En 2008, osó resistirse a Sarkozy rechazando la oferta que le hizo de investirle como candidato de su partido para las municipales, y negándose a incluir a Jean Sarkozy en su lista.

Los habitantes de Neuilly (87% sarkozystas) no se lo tuvieron en cuenta y le eligieron como alcalde. Pero entonces, su rival se llamaba David Martinon, portavoz del Elíseo, un perfecto advenedizo que había logrado irritar a todos con unas cuantas meteduras de pata. Si en 2014 tiene que enfrentarse a un miembro de la saga Sarkozy, otro gallo puede cantar.

 
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