Elecciones catalanas: Subida moderada de la participación en las provincias más independentistas
Aumenta un 3% en Girona, circunscripción de Puigdemont, y un 1% en Lleida respecto a los comicios de 2021, pero se dispara un 4,5% en Barcelona y un 4% en Tarragona
- Subida general pero moderada en los territorios más independentistas
- La movilización, clave para la mayoría del independentismo
- Mayoría independentista o gobierno del PSC
- Repercusión a Madrid
La participación en Cataluña ha subido un 4% respecto a los comicios de 2021 a la misma hora. Unos datos que entonces se vieron influenciados por la pandemia. Entonces se acudió a las urnas por franjas horarias y la jornada empezó habilitando el voto solo a los colectivos vulnerables a la covid-19. Respecto a 2017, la participación ha caído casi nueve puntos.
Subida general pero moderada en los territorios más independentistas
En Barcelona, la principal provincia catalana con casi seis millones de habitantes, los datos han registrado un aumento del 4,5% respecto a las últimas elecciones. Una subida semejante a la de Tarragona, donde la ha acudido a votar a esta hora un 4% más que en 2021. Los territorios donde más voto suele recoger el independentismo también han aumentado su participación, pero de forma considerablemente menor a las otras dos provincias. En Girona la subida ha sido de un 3% y en Lleida, del 1%.
La movilización, clave para la mayoría del independentismo
Como suele ser habitual, todos los candidatos han llamado a votar para evitar una alta tasa de abstención: un dato que ya fue elevado en las últimas elecciones catalanas. En 2021, registró un 46,46%, casi la mitad del electorado, aunque fueron unos comicios marcados por la salida de la pandemia. En 2017, en plena ola soberanista tras el referéndum del 1 de octubre y la aplicación del artículo 155 en la autonomía, gran parte de los catalanes acudió a las urnas y las cifras de abstención bajaron hasta el 20%; un número similar al de las elecciones de 2015.
En estas elecciones, los partidos miran con especial atención la tasa de desmovilización. Una pequeña variación de votos en provincias como Girona o Lleida pueden suponer una gran diferencia en el reparto de escaños. Ambas circunscripciones albergan un número pequeño de habitantes —alrededor 15% entre las dos—, pero otorgan más del 30% de los escaños. Además, son los dos territorios con mayor apoyo al independentismo, por lo que resultarán trascendentales para determinar si los partidos separatistas siguen sumando mayoría absoluta en el Parlament o, por primera vez en a última década, no consiguen alcanzar los 68 escaños.
Mayoría independentista o gobierno del PSC
Los sondeos conocidos hasta el pasado lunes —último día hábil para publicarlos según la Ley Electoral— han despejado las dudas sobre quién tiene todas las papeletas para ganar este domingo. El PSC de Salvador Illa pisa fuerte y todos los barómetros le otorgan entre cinco y diez diputados más que el segundo. En la segunda plaza, disputan Junts y Esquerra Republicana. Los exsocios de Gobierno en la Generalitat compiten por un electoral independentista que parte más desmovilizado en los últimos comicios. La mayoría de las encuestas sitúa por delante a la formación liderada por Carles Puigdemont, pero los trackings internos del PSOE señalaban una distancia de en torno a dos escaños solamente.
Este factor puede ser clave: cuanta mayor sea la caída de ERC, más difícil será que sume una mayoría alternativa al independentismo con los socialistas. Illa ha reiterado que contempla alcanzar acuerdos puntuales con Junts, pero no se ha querido zanjar si descarta un acuerdo de gobierno con Puigdemont.
Repercusión a Madrid
Las elecciones catalanas de este domingo tendrán una especial repercusión en la política nacional. La estabilidad del Gobierno depende, en parte, del apoyo de las fuerzas independentistas a los dos partidos que forman Gobierno: PSOE y Sumar. Ambos han garantizado, hasta ahora, el apoyo de Junts y ERC gracias a los indultos parciales concedidos en 2021, a la derogación de la sedición y rebaja de las penas por malversación —los dos delitos por los que fueron condenados por procesados por el 1-O—, y la elaboración de la Ley de Amnistía que elimina todas las causas judiciales abiertas como consecuencia del procès desde finales de 2011.
Además, el PSC ha apoyado los presupuestos de la Generalitat, elaborados por ERC, desde su ruptura con Junts. Pero todas estas iniciativas no aseguran ahora que los independentistas vayan a seguir apoyando parlamentariamente al presidente, Pedro Sánchez, y el escenario que quede en Cataluña será crucial para acortar o alargar la legislatura actual. Precisamente, el mero adelanto electoral anunciado por el president en funciones, Pere Aragonès, provocó que Sánchez anunciara, al instante, su renuncia a elaborar unos Presupuestos Generales del Estado para este 2024 ante la dificultad evidente de negociarlos en pleno proceso electoral.
Estos comicios también supondrán un reto especial para Sánchez y pondrán a prueba todas las medidas de "conciliación" adoptadas por el Ejecutivo y aprobadas en el Congreso de los Diputados. Si el independentismo consigue seguir sumando mayoría absoluta, pondrán en jaque la política de diálogo que ha defendido Moncloa, pero si, por el contrario, arrebata la mayoría al separatismo por primera vez desde el inicio del procès, será un espaldarazo a la política Sánchez con Cataluña.
Por su parte, el Partido Popular afronta las primeras elecciones catalanas desde la llegada de Alberto Núñez Feijóo a la planta noble de Génova. Los populares aspiran a quedar por delante de Vox y los sondeos internos de los últimos días ponen en duda que vayan a conseguirlo.
