Óscar Puente monta un plan anti-sabotajes en los trenes de Cercanías de Cataluña

El ministro de Transportes no se fía de los Mossos y ha ordenado contratar vigilantes privados, instalar detectores anti intrusión y cambiar el cobre por cable de aluminio

Archivo - Viajeros al lado de un tren de Rodalies.
Archivo - Viajeros al lado de un tren de Rodalies.
  1. Un plan anti-sabotajes
  2. Detectores antiintrusión
  3. No se fía de los Mossos
  4. Cambiar el cobre por aluminio
  5. Menos atractivo y más barato
  6. Profesionalización en el robo de metales
Óscar Puente monta un plan anti-sabotajes en los trenes de Cercanías de Cataluña.

El control del relato ha entrado de lleno en el debate sobre el caos en los trenes de Cercanías de Cataluña durante la jornada electoral, cuando un incendio dejó fuera de servicio toda la red ferroviaria, que todavía no se ha restablecido por completo. Para evitar una situación similar, Renfe y Adif están diseñando un plan anti-sabotajes.

Sin apenas autocrítica, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha recordado que más de la mitad de las incidencias ferroviarias de todo el Estado que no tienen que ver con Adif o Renfe se registran en Cataluña.

También ha mantenido, con punzante recordatorio para los Mossos d’Esquadra, que la hipótesis del sabotaje “no puede descartarse”. “Los Mossos, sin haber entrado en los túneles, ya tenía una conclusión el domingo: descartaron el sabotaje. Aplaudo sus conocimientos. Pero nosotros no podemos descartarlo ni afirmarlo. Si hay una tesis más compleja es la de que sea el robo de cobre; eso es difícil de sostener. ¿Es sabotaje? No lo sabemos. ¿Lo podemos descartar? No podemos”.

El Govern, en cambio, niega cualquier teoría de la conspiración y asegura que el único problema “es la falta de inversión del Estado”.

Un plan anti-sabotajes

Según ha sabido Confidencial Digital de fuentes conocedoras de los planes, Adif, el administrador de la infraestructura ferroviaria, ha comenzado a diseñar un plan anti-sabotajes en los trenes de Cercanías de Cataluña, por orden directa del Ministerio de Transportes.

No se pasa por alto que, en unos meses, la gestión de Rodalies quedara en manos de la Generalitat que todo apunta que gobernará el socialista Salvador Illa.

Adif tiene previsto ejecutar un plan de rehabilitación de cableado y protección frente a robos en la red de Cercanías.

Detectores antiintrusión

Otras de las medidas que se van a implantar son la instalación de circuitos cerrados de televisión, detectores antiintrusión y el incremento de las patrullas propias de seguridad. También se diseñan actuaciones que actualmente se encuentran en fase de pruebas.

En el caso específico de Cataluña, en Fomento existe “cierto recelo” con la vigilancia de la red ferroviaria que aplica la policía autonómica, los Mossos d’Esquadra.

 

Por ello, se apuesta por un refuerzo también de la seguridad privada, especialmente si tras las investigaciones del último sabotaje se concluye que existe además por parte de grupos independentistas un interés en paralizar los Cercanías de Cataluña.

El objetivo último de tales acciones, más que una operación con móvil económico, sería culpar al Estado español de una crisis de gran envergadura como la del pasado sábado.

No se fía de los Mossos

El ministro Puente ha sido tremendamente hábil en los últimos días con la elección de sus palabras. Tras desgranar los datos de incidentes en la red ferroviaria estatal entre 2019 y 2024, ha llegado a la conclusión de que en Cataluña está pasando alguna cosa cuando la mitad de todos estos sucesos se registran en esta autonomía.

“No juzgamos, solo exponemos los hechos”, ha deslizado, que ha presentado una denuncia por los “actos vandálicos” el 12-M en Rodalies. “Son datos anormalmente altos -ha proseguido- y tiene que haber una explicación. A lo mejor son en respuesta a quién presta el servicio [Renfe y Adif, y por ende, el Gobierno], pero no puedo asegurarlo, solo lo pongo encima de la mesa”.

El titular de Transportes ha recordado que son los Mossos los encargados de garantizar la seguridad. Y ha llegado a deslizar que, quizás, la policía autonómica catalana, a las órdenes de la Generalitat, no ha estado a la altura a la hora de evitar el vandalismo, los robos de cable o las acciones de los grafiteros.

Cambiar el cobre por aluminio

Puente ha hablado también extensamente sobre las causas, dando a entender que es muy extraño que alguien se tome tantas molestias para robar tan solo 40 metros de cable que pueden tener un valor en el mercado negro de no más de 500 euros.

Según las fuentes consultadas por ECD, la sustitución del cobre por cable de aluminio va a ser otra acción que va a emprender la empresa pública para evitar este tipo de ataques a la red de Cercanías, como ya hizo anteriormente en las vías del AVE. Este material resulta menos atractivo para el robo por parte de las mafias.

Expertos en este tipo de infraestructuras explican que el cable de cobre tiene, respecto al aluminio, mejor conductividad y puntos de término más seguros.

Sin embargo, esta carencia se soluciona ahora utilizando cables de aluminio más gruesos y, por tanto, más resistentes al paso de la corriente eléctrica. Antes de la introducción de esas nuevas aleaciones, la exposición a los elementos provocaba que el metal se oxidara, creando problemas con los puntos de conexión.

Menos atractivo y más barato

El coste es también una de las razones principales por la que los conductores de aluminio se han convertido en una alternativa al cobre para el cableado eléctrico. Aunque el precio de los materiales fluctúa constantemente con la disponibilidad, el cable de aluminio es claramente menos caro que el cobre para este tipo de trabajos.

El peso es otro de los argumentos por el que las compañías optarán por utilizan el nuevo cable: el aluminio es mucho más ligero que el cobre, y por lo tanto hace que, para largas distancias, resulte más sencillo trabajar que los pesados conductores de cobre.

Profesionalización en el robo de metales

Las últimas operaciones desarticuladas por las Fuerzas de Seguridad confirman la creciente profesionalización de las mafias del robo de cables de cobre.

Las organizaciones criminales preparan a conciencia sus planes de actuación. Una vez en el lugar donde van a actuar, se reparten las tareas. La mayoría busca el material y lo sustrae. El resto, vigila.

En muchas ocasiones, tardan varias horas ya que se trata de zonas rurales de difícil acceso. Cortan el cable y en una zona cercana extraen la funda de protección que lo recubre.

El material llega a las chatarrerías de madrugada. Estos establecimientos venden después el cobre a empresas de residuos de mayor tamaño, fundamentalmente a China, donde existe una gran demanda de este metal en los últimos años.

Imagen del accidente de Rodalies
Óscar Puente monta un plan anti-sabotajes en los trenes de Cercanías de Cataluña.

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