A los directivos de Le Soir, capaces de escandalizar y simular aberraciones con tal de obtener publicidad

Una campaña publicitaria del diario belga Le Soir, uno de los más influyentes en la región ha dado lugar a una intensa polémica en Bélgica. La primera parte de la campaña, lanzada el martes por el diario liberal Le Soir, exhibió en paradas de autobuses, estaciones y otros lugares públicos de Bruselas y Valonia (sur del país), chocantes carteles, sin ninguna referencia al periódico, que han provocado indignación y varias denuncias.En uno de ellos un supuesto “Instituto para la Integración” invitaba a los inmigrantes a cambiar de aspecto, bajo el eslogan "Intégrese al 100%". Otros pasquines rezaban: "Ayude al Tercer Mundo. Compre en él sus órganos" y añade "Un órgano puede salvar más de una vida", sobre la fotografía de un niño de raza negra que lleva una cartera escolar y una tablilla con caligrafía árabe. Por último, una agencia ofrecía la posibilidad de comprar en Internet un bebé de cuatro meses "a la carta" por entre 15.000 y 35.000 euros, según el país de origen y las preferencias del cliente. El diario Le Soir ha desvelado el misterio de los carteles explicando en su portada que es el periódico el que está detrás de la campaña y que su propósito es "rebelarse contra lo inaceptable", una manera de promocionar el cambio de formato del rotativo a partir de la próxima semana. ¿Vale todo con tal de atraer la atención? En Le Soir parece que sí. Su objetivo era precisamente este: “Indignar. Provocar una reacción. Provocar para que alguien se levante, tome la palabra y diga: ‘Es inaceptable. Lo rechazo!’”. Pues nada, ya lo han conseguido. El problema es que ellos son peores que ayer: por el camino se han dejado parte de su dignidad. Guindilla a lo que siguen sin enterarse de que el fin no justifica cualquier medio.

 

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