La fórmula TVE, una televisión pública sin anuncios, fracasa en Francia: la inversión publicitaria bajó un 6 por ciento y ningún otro medio salió beneficiado
Francia abrió el camino, que ahora se va a aplicar en España, de quitar la publicidad a la televisión pública, repartirla teóricamente entre las privadas y obligar a las telecos a cargar con los costes. El experimento ha sido un fracaso.
Los adalides de la nueva ley de financiación prometieron que sería beneficioso para todos: RTVE sería un auténtico servicio público, las privadas tendrían que sufragar parte de la fiesta pero a cambio toda la tarta publicitaria sería para ellas, y los operadores de telecomunicaciones, que asistían atónitos al proceso, lo verían claro en un par de años.
Ha llegado la hora de tomar nota de lo ocurrido en el país vecino. Y las noticias resultan negativas: la inversión publicitaria global en Francia se ha hundido, en estos seis meses, nada menos que un 6%. Ningún medio, ni televisivo ni ninguno otro se ha beneficiado de la eliminación de la publicidad en el ente público. Y eso a pesar del desplome, cercano al 9%, de las tarifas publicitarias, consecuencia de la caída de la demanda. Menos demanda, menos inversión, menos dinero, más paro.
