¿Será posible aprender de los Animales? Naturalmente claro

Hace miles de años, las personas habitantes de la Tierra eran excelentes cazadores por su alimentación, aunque había quien se preocupaba de guardarlos vivos por su producción posterior. Se pasaban horas y días observando a sus presas. Cubrían sus cuerpos sólo cuando tenían frío. La vigilancia a los animales les enseñó ver peleas entre ellos por conseguir la hembra del lugar. Éstas personas estaban interesadas en la carne que les produciría para su alimento. Pero de paso aprendían del comportamiento de algún herido. Ocurría que el dañado se revolcaba por la hierba y se frotaba contra la corteza de algunos árboles, y plantas parásitas del árbol, por último se bañaba frotándose las heridas. Pero eran los simios quienes despertaban más interés, por cómo se alimentaban, cuidaban de los hijos, les quitaban los parásitos del pelaje y desinfectaban heridas. Ya de éstos aprendían los humanos. Allá por los años 70, estando yo en Gambia, pequeño país rodeando el río Gambia, a su vez, el país rodeado por Senegal. Tenía yo interés en conocer la Aldea donde se rodó parte de la serie televisiva Raíces, del tema cuando robaban a los africanos, que lo llevaban a América para venderlos y esclavizarlos.

En ésta traté con algunos nativos que hacían vida natural. Paseando por la selva vimos como un chimpancé en un árbol, se introducía en la boca y en el ano brotes de pequeñas hojas. Uno de los nativos me dijo: no es de extrañar, se está drogando o curando. Inteligencia Adaptativa nada de Artificial. Es uno de los chimpancés que el laboratorio de los rusos los deja en libertad cuando no los necesita, o se escapan, algunos mueren, por algún virus contraído a propósito con sus experimentos y no sabemos porque. Son muy nobles, les damos de comer frutas y son agradecidos. Los rusos del laboratorio nos piden algún chimpancé salvaje de vez en cuando y nos pagan bien, investigan virus... Yo intenté entrar al laboratorio, pero no me lo permitieron... En el complejo turístico sueco donde yo estaba en Gambia, a los turistas les aconsejaban que por los pasillos pisaran fuerte para espantar a las serpientes. Yo conseguí ver una de más de un metro, era de las constrictora, les gusta aprisionar sus presas, y después lentamente empiezan a comerlas por la cabeza, normalmente roedores. Fue cuando monte un artilugio para cazar roedores. Cuando conseguí el primero, con la ayuda de una larga pinza como las usadas en barbacoas, se la ofrecí, detectándola inmediatamente, lo repetí varios días. Cuando me disponía ir a dormir, los bungalow estaban al aire libre, me encontré con una enrollada ante la puerta, entré y no se movió, al día siguiente había tres, lo mismo. Fue algo excelentemente natural, tal vez por agradecimiento. Se lo conté a un agente de seguridad, me dijo que lo intentaría.

Un año después me escribió diciendo que se quedaba las serpientes y las vendía... Viene al caso animal la publicidad desarrollada en todos los medios informativos, durante varios días del Orangután Rakus, por el que un equipo de investigadores del Parque Nacional de Gunung Leuser, en Indonesia, vieron que Rakus tenía una gran herida en la mejilla, junto al ojo derecho. Cuando los cuidadores e investigadores iban a mirar de cerca la herida, se fijaron que éste masticaba el tallo de una Liana, planta llamada Akar Kuning. Recordaron que días antes oyeron gritos entre machos rivales, conocidos como “llamados largos” por la hembra pretendida. La planta conocida por ser antiinflamatoria y antibacteriana, que se suele usar para tratar la Malaria y la Diabetes en Indonesia. Los observadores vieron como Rakus, se aplicaba el líquido de la planta en la herida, durante 7 o 9 minutos, después se impregnó la herida con las hojas masticadas, quedando ésta bien cubierta, además siguió presionando, frotándose unos 30 minutos. Los investigadores se turnaban para vigilarlo, no observaron signos de infección, cerrando la herida en algo más de 5 días.

Pasado 30 días, Rakus estaba completamente curado. Los científicos concluyeron que Rakus sabía que se aplicó una “medicina”. Ya que los Orangutanes no suelen comer esa planta, razón por la cual, llamó la atención de cómo la masticaba formando una pasta y forma de usarla. Isabel Laumer, Bióloga del Instituto Max Planck de Alemania, y autora de la investigación. Dijo que duró mucho tiempo la aplicación de esa planta masticada y empastada en la herida con lentitud y cuidado. Lugo se observó las horas que dedicó a descansar Rakus sin ser normal. La Bióloga Jane Goodall, comentó entre varios expertos, como ella pudo ver hojas enteras en las heces de varios Chimpancés y otros grandes simios como tragaban hojas con propiedades medicinales. Pero nunca había visto la aplicación realizada durante días en su herida a Rakus. Laumer sospecho que tal vez, accidentalmente se tocará la herida con un dedo, donde sostenía la planta, y las sustancias analgésicas que poderosamente contiene, posiblemente sintiera alivio inmediato, lo que hizo que se la aplicara varias veces, también pudo ser que observando a otros simios, podía haber aprendido... Los investigadores han decidido seguir observando a otros miembros de la especie, para ver si pueden detectar más habilidades de auto curación. Ésta investigación fue publicada en la revista científica Scientific Reports. Sin olvidar que existen muchísimos datos comentados entre nativos conocedores de datos interesantes, en zonas Selváticas...

De Antonio Quirós Abadia. Naturalista.

 

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