Tsunami de corrupción

            En España se está produciendo un tsunami de corrupción, que parece arrasarlo casi todo. Las noticias de corrupción saltan en cascada. Ayer, el exconseller socialista Joaquim Nadal, imputado por un posible fraude. ¿Qué saltará hoy?

            Rajoy ha perdido perdón por la corrupción, poco después de que Esperanza Aguirre también lo hiciera. No basta pedir perdón, hace falta frenar esta hemorragia, por no llamarle cáncer extendido, porque está en nuestra mano, no es algo irremediable.

 Así como el tsunami es un fenómeno de la naturaleza contra el que poco o nada se puede hacer, el de la corrupción es resultado del saqueo, de la avaricia desmedida de quienes no dudan en aprovecharse de su cargo o posición para enriquecerse, y sí se puede y debe evitar como auténtica emergencia nacional. La “Operación Púnica”, con 51 detenciones, ha destapado una trama instalada entre políticos, funcionarios  y empresarios: no sólo políticos, sino también otro tipo de ciudadanos, por lo que no hay que reducirlo exclusivamente a los políticos.

 Esperanza Aguirre dijo  que siente “profunda vergüenza” por todo lo que se ha conocido. No basta: los partidos han de aprobar medidas que limiten mandatos, que ofrezcan candidatos honrados en las próximas listas, que sean totalmente transparentes interna y externamente. Antes de que lleguen a los tribunales las causas contra políticos, ¿dónde están las investigaciones internas para atajar antes estas actuaciones? Nadie se cree que no hubiera un “olor a podrido” antes de que lleguen estos hechos a los jueces.

            La rabia ciudadana aumenta cada día. No le sirve la justificación de que tranquiliza que los tribunales estén haciendo justicia de hechos pasados, pues tiene la sensación de que España ofrece lo que podría denominarse un “paisaje lunar”, lleno de cráteres de corrupción a lo largo y ancho de la geografía española.

            Lo que los ciudadanos desean es que se haga justicia y  con rapidez, que incluye la devolución de lo apropiado y el cumplimiento de la pena que sea impuesta. Primera exigencia: que no se informe sólo de los imputados o de las operaciones contra la corrupción, sino que haya un seguimiento nominal de cómo está el proceso en cada una de las personas implicadas, pues no es proporcional la magnitud de la corrupción con la finalización de las investigaciones, los procesos judiciales  y  el cumplimiento de las penas.

En los partidos políticos se pretende diluir los casos de corrupción, evitar que ocupen la actualidad informativa, pues va en detrimento de sus expectativas electorales, en unos momentos en que las próximas elecciones pueden perjudicar al PP, al PSOE y a CiU. Los partidos políticos han de darse cuenta que no pueden minimizar el tsunami, por ética y porque su táctica puede incrementar el castigo del voto ciudadano. Además de los procesos judiciales, los partidos políticos deben actuar con más energía con medidas disciplinarias que están a su alcance: abrir expedientes (y que se cierren), suspender de militancia cautelarmente y  expulsar del partido si procede.

 
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