Buenafuente divisa Marte desde su azotea

Cada una de las franjas que componen la programación televisiva suele tener un propietario, a excepción del prime time, donde cada noche la oferta es diferente. Un caso paradigmático es el late night. En Estados Unidos, durante más de treinta años, su dueño fue el recién fallecido Johnny Carson, con el programa Tonight Show emitido por la NBC. En España, desde hace tiempo, esta franja pertenece a un señor afincado en Marte y que, de lunes a jueves, conecta con la Tierra a través de Tele 5. A pesar de los continuos intentos de Antena 3 por derribar la nave capitaneada por Sardá, de momento los marcianos permanecen imbatibles, aunque no sin mover ficha-¿por qué Crónicas Marcianas ha retrasado su hora de comienzo?-. El último torpedo lanzado por la cadena de Planeta lleva como nombre el apellido de su presentador, Buenafuente. Andreu Buenafuenteno es nuevo para parte del público español ni un novato en el mundo de la televisión; más bien es un viejo conocido del late night de TV3 y el máximo responsable de la productora catalana El Terrat -creadora de, entre otros éxitos, Homo zapping-. Un personaje tan televisivo como su pareja, Carolina Ferre. El late show presentado por este tarraconense responde a la fórmula más clásica del género: entrevistas a famosos, humor, actuaciones musicales, orquesta propia y un decorado desde el que se divisa parte de una ciudad -en este caso, el puerto de Barcelona-. Si bien no aporta ninguna novedad relevante, supone una bocanada de aire fresco para todos aquellos que apuran las últimas horas del día ante el “rey del salón”, el televisor. De momento, los martes y miércoles, Buenafuente obtiene unos buenos resultados —entre un 22,2% y un 26,8% de share-. No obstante, los jueves baja su rendimiento ante el escaso arrastre de audiencia de la serie Un paso adelante y la competencia feroz de sus rivales -Cuéntame cómo pasó y Dos rombos en TVE 1 y Gran Hermano VIP y Crónicas Marcianas en Tele 5-, logrando unos escuetos 14,4% y 15,9% de cuota de pantalla. Por su parte, TVE 1 contraataca los miércoles por la anoche desde La azotea de Wyoming. Un espacio que no sólo no aporta ninguna novedad, sino que implica un retroceso. Un late show añejo, rancio y carca con un tufo a progre que huele a mal talante. El primer día de emisión, la relación de amor entre el emisario y el partido político que lo ha socialenchufado se plasmaba en una matrícula blanca, colgada del decorado, en la que se podía leer “PSOE 82”. La semana siguiente, sospechosamente, esa matrícula había sido sustituida por una placa amarilla que contenía otras siglas y otra numeración. La estafa era demasiado evidente, incluso, para aquellos cínicos que proclaman la independencia mediática y que, precisamente, ejercen lo contrario. Los mismos que acusaban al Gobierno anterior de manipulación y, ahora que están en el poder, pecan doblemente. Los mismos que, en pro de lograr un mayor pluralismo mediático, se muestran partidarios de conceder más licencias de televisión analógica, dejando vía libre a su amigo Polanco para que emita en abierto su Canal pus. En fin, dicen que es de bien nacidos ser agradecidos. ¡Pásalo! ¡Ay señor Monzón! Así que prefiere que le llamen sólo Gran porque Wyoming ha sido un Estado decisivo en la reelección de Bush. Así que ni el pegamento PatriaGlue es capaz de mantener unida a España. Así que el PP y la Iglesia son los culpables de todos los males. ¡Ya! Renueve su Gran humor, señor Wyoming. Mostrar a una chica rubia medio “en pelotas” y a su vecino el obispo, duchándose con hábito, es un recurso humorístico superado en los 70. Le perdonamos que no recurra a la creatividad pero, por favor, no atente contra ella. ¿Es usted consciente de que refugiándose exclusivamente en la audiencia de izquierdas no podrá girar en la siguiente esquina a la derecha? A este paso, ni seguir de frente. Más vale que amplíe su target y evite resultados de audiencia como el de la semana pasada -13,9% de share-, porque, con semejantes cifras, hasta Julia Otero podría plantar un cerezo en su azotea. Tras los dos primeros asaltos, así queda el ranking: Wyoming pierde el calificativo de “Gran” por ir colista y gana el de “Mini”; Sardá lidera la clasificación con Crónicas Malsanas; y Buenafuente divisa Marte desde su azotea con toda la impotencia de no poder alcanzarlo. La batalla continúa…

 
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