Hannah Jones, siempre quiso vivir

Con bastante frecuencia tendemos a pensar que la madurez es una cualidad propia de las personas adultas, donde el buen juicio, la sensatez y la prudencia tienen su asiento, y desde donde el individuo alcanza su plenitud. Lo que ocurre es que no siempre es así. Basta con observar las actitudes que toman ante la vida algunos niños y jóvenes para darse cuenta de que el raciocinio y la cordura también forman parte de las conductas típicas de su edad.  

Así, lo confirman los hechos. Hannah Jones, tenía cuatro años cuando le diagnosticaron un extraño tipo de leucemia. Desde entonces una retahíla de operaciones, quimioterapias y prolongadas estancias hospitalarias, provocaron el deterioro paulatino de su pequeño corazón. Fue en noviembre del año pasado cuando los médicos no le daban más de seis meses de vida, por lo que propusieron realizarla un trasplante de corazón. La operación era francamente peligrosa, por un lado los medicamentos que se le iban a suministrar podían reactivar el cáncer que había padecido, y por otro si la operación salía con éxito, precisaría de un nuevo corazón transcurridos diez años. Hannah, con tan sólo 13 años, rodeada de sus padres y sus tres hermanos pequeños, tomaba su primera gran decisión. El trasplante no se realizaría. Posiblemente, otra persona con menos riesgos a los que ella se enfrentaba, saldría beneficiada. Ella, en ningún caso quería morir. Sencillamente había aprendido a aceptar el dolor, sin olvidar su amor hacia los demás, a la vida, y a sí misma. Consideraba la muerte como una fase natural que tenía que llegar, pero llegaría acompañada del cariño y consuelo de su familia, y del necesitado auxilio espiritual.

Después de ocho meses, y tras celebrar su decimocuarto cumpleaños, la joven británica ha sido ingresada en el hospital. El tratamiento de diálisis al que está sometida no se le puede efectuar, su frágil corazón no es capaz de soportarlo. Una vez más, Hannah se enfrenta a un nuevo dilema. ¿Será conveniente someterse a aquel  trasplante de corazón? Sí, probablemente ahora sí. Al parecer, su cuerpo se encuentra más fuerte y corre menos riesgos. Claro que para decidir tomar ese nuevo camino, ha necesitado reflexionar, meditar en silencio las nuevas indicaciones de los médicos, y sobre todo el apoyo y el consejo de unos padres que lo que más desean es el bien de su pequeña.

Decía un célebre escritor ruso, que el secreto de la felicidad no es hacer siempre lo que se quiere, sino querer siempre lo que se hace.

 
Comentarios