A Ángel Gabilondo, rector de la Autónoma de Madrid, que permite año tras año, la gran fumada de “San Canuto”

Si alguien tuvo la desgracia de pasar el pasado jueves por la Universidad Autónoma de Madrid podría creer que se había colado en una “rave party”, estilo Monegros, o similares. Miles de jóvenes tomaron el campus de la mencionada Universidad como cada año, para celebrar una supuesta onomástica, el día de “San Canuto”. Este pobre rey holandés que se pasó gran parte de su vida persiguiendo piratas ha de soportar como su nombre es usurpado por pandas de jóvenes que, amparados en su figura, se fuman hasta las jaras de los parterres. Esto de fumar porros parece ser que no es ilegal. Parece que beber calimocho en la vía pública tampoco, aunque Gallardón legisle contra el producto. Tirar cohetes y petardos con palpable peligro sólo preocupa en los estadios de fútbol. Lo que no es de recibo es que este seudo Woodstock fumeta anual se realice en una universidad pública. Los responsables de la Autónoma suelen aducir que muchas de las personas que se reúnen en su campus son de fuera. Pero algo más se debería idear porque se trata de una institución académica, por tanto educativa. Además, se trata de un agravio para esa “gente extraña” que sigue acudiendo a la Universidad para asistir a clase o estudiar. El jueves no pudieron hacerlo con mucha comodidad, teniendo en cuenta que el trasiego de “sansculottes”, con minis de tintorro y porros, fue constante. Todo muy progre y de izquierdas. Guindilla a un permisivismo lamentable.