Un buen político

La formación de los ciudadanos en un país es fundamental para evitar situaciones anómalas en las instituciones. El atropello, descaro y latrocinio consentido en algunos ámbitos de la política española, se hubiera evitado.

Un político debe dar ejemplo de austeridad, servicio y responsabilidad hacia todos los ciudadanos, ellos son espejo vivo de toda la Nación. Por esta razón las reglas de juego confeccionadas por ellos en nombre de todos, deben ser para todos iguales. Si estas reglas se llevaran a cabo con verdadera exigencia y sin engaños, la regeneración política estaría asegurada. Si ellos, como representantes de la ciudadanía y servidores del pueblo, pusieran fin a los privilegios, reforzados por esos aforamientos, innecesarios, otro gallo nos cantaría.

Siempre observo, como elector, después de muchos años participando en la vida política, las diferencias entre lo que siempre prometen nuestros políticos en sus programas electorales, y sus acciones una vez que consiguen el voto. La honestidad y la verdad brillan por su ausencia, pero esto se consiente y las consecuencias las tenemos ahora.

La desorientación de una gran mayoría de la población, debido a tanta depravación y falta de honestidad en muchos de nuestros políticos en diferentes instituciones estatales, regionales y locales, ha favorecido a que las ideas radicales y poco juiciosas afloren con gran intensidad y hagan que aparezca la inestabilidad total.

Con todo lo expuesto, no quiero decir que en esta profesión tan loable no haya cientos de mujeres y hombres que luchen de forma decorosa y demócrata por las acciones e ideas que hagan prosperar a todos los pobladores de este gran país. Sé que por los intereses partidistas y la ley electoral, no pulida debidamente, estén sujetos y claudiquen, por incapacidad.

Es fundamental que los ciudadanos habiten cerca de sus políticos, que los conozcan y que sean votados por sus valías. Es absurdo votar a personas que desconocemos y que no atiendan de forma inmediata las necesidades que la población demanda.

Señores políticos, mediten, sean transparentes, acérquense siempre a la población, a sus problemas, necesidades, inquietudes y no estén en otros derroteros para destruirnos y separarnos aún más. Piensen de qué forma podemos avanzar, creando riqueza, trayendo inversiones de capitales, para crear puestos de trabajo y de esa forma tener una sociedad más equilibrada y sin esas diferencias. Hay que acabar con tanto paro y miseria, para esto, hay que unirse en objetivos comunes y tirar hacia adelante sin mirar intereses o ideas partidistas. Piensen en el pueblo y no se apoltronen en sus despachos pensando en quimeras.

 

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