Género descompuesto

Manifestación feminista el 8 de marzo.
Manifestación feminista.

Las personas somos mucho más que nuestro género sexual.

España está sedienta de verdad y no de la panfletada ideología de género.

Yo tengo relación y amistad con personas gays, lesbianas y demás. Me llevo bien con ellas y  nos respetamos, compartimos, tratamos asuntos, nos ayudamos. Somos lo que se llama personas normales, respetuosas y educadas..

Es la educación en  normalidad respetuosa lo que la escuela debe hacer y no ideología fanática para experimentar a destiempo sexo descomponiendo el género y peor aún, con el propósito de (como nos pretenden engañar) evitar la violencia escolar y de género. Violencia es violentar a niños, desquiciar adolescentes y confundir induciendo y mintiendo con patrañas anticiencia y deshumanización. Destrucción de infancia, la peor de las violencias.

La amistad respetuosa, lo mismo que la paternidad, la hermandad y casi toda forma de relación personal no depende de la tendencia sexual de cada uno ni de su sentirse; lo mismo que no depende del color del pelo, de la altura o del peso; tampoco de que me guste o no el fútbol, el cine o la tortilla.

En los últimos años hemos sido todos avasallados por la ideocracia de género (una forma de ignorancia ambigua, rasurante, isquémica) que, como solo admite un modo de pensar, es dictadura.

Ha sido un contagio socio-político y mediático, una especie alienígena de tendencia derivativa que monopoliza el cerebro del contagiado para uniformarlo en pensamiento único, gobernanza única, leyes únicas,  protestón único, grito único, imposición única, etc. Así hasta la dictadura total.

Ataca selectivamente a todo casquivano, mamerto, zascandil, crapuloso, zurumbático, muérgano, y suripanta. Del mismo modo a muchos políticos, demasiados; hasta el punto de que el Congreso está muy contaminado, una auténtica plaga; y algunos partidos zurdos y asociaciones feministas deambulan con esa peste como los muertos-vivos de las películas, queriendo enganchar a todo bípedo implume.

La ideología de género descompuesto, de la mano de políticos, feminazis y lgtbs  está contaminando subrepticiamente -o sea, a espaldas de los padres- las aulas de las escuelas, desde las más inocentes criaturas hasta los inestables adolescentes. Siembra toda clase de disforias; desde la duda, pasando por la inquietud y logrando una total  confusión, inseguridad, desequilibrio, angustia, descontento y ansiedad en multitud de escolares. Y ello, justamente en el tiempo más vulnerable y el lugar más inadecuado, la escuela, donde el niño necesita más seguridad, equilibrio y certezas para su construcción personal y su desarrollo psicológico. Esa ideología le destruye.

 

Se instala en la escuela la deseducación sistemática de género, promocionada por gobiernos autonómicos de la mano de lobbies y asociaciones, untadas con subvenciones sin límites. Se adoctrina, se vulnera el ser y la esencia de los niños violentando su naturaleza, su educación familiar y su intimidad sin reparo de ninguna clase.

Y muchos padres, maestros, directivos, orientadores,…¡¡¡ en la higuera!!!

La única y la peor transfobia es cooperar, por acción o por omisión,  con esa violencia legalizada contra niños y escolares.

Fumigar con el gas ideológico de género las escuelas, es peor que hacerlo con otros gases más venenosos pero menos demoledores del género humano. No es exagerado compararlo con una forma de  genocidio por las consecuencias a medio y largo plazo que conlleva. Y se hace por injusticia legal.

Los ciudadanos, los padres, estamos pagando esa demolición de la niñez. Pagando a los políticos que lo fomentan, pagando a los verriondos que lo transmiten, pagando los panfletos que lo ilustran, pagando a los parlamentines que lo aprueban y legislan. Pagando a los gobiernos que lo imponen, pagando las TVs y la prensa que lo ventean y lo aplauden. Pagando la destrucción de nuestros  hijos que lo sufren. ¡Pagando TODO!

Y pagando también a costa de lo que  quitan a los pensionistas porque no hay de dónde sacar para pagar tanto daño moral, psicológico, familiar y social. Pagamos para que nos hagan el máximo daño en nuestro más querido y valioso ser, nuestro hijos y nuestras hijas.

Hay autonomías en España que, rompiendo todas las barreras del derecho y, por tanto, con absoluta injusticia contra los ciudadanos, transforman las escuelas en templos de la mentira, de la violencia psicológica contra la infancia y de la despersonalización de los educandos.

La contradicción más radical y violenta que un sistema educativo puede implantar, hacer lo diametralmente contrario a su función: educan deseducando, enseñan mintiendo, desarrollan hundiendo, moralizan viciando, hacen ciencia de fantasía, amansan violentando, normalizan desequilibrando, construyen dinamitando,...Y algunos (Sánchez por ejemplo) lo llaman progreso. Navarra es un ejemplo paradigmático de esa sinrazón, pero no es ahí solamente, la mayoría de las Comunidades progresan en los mismos pantanales.

Y el Parlamento español progresa en letrinas similares; llevan tiempo dándole vueltas pero no encuentran perfumes suficientes ni tan fuertes que neutralicen la hediondez de tanta inmundicia. Pero eso es el progreso, hay que implantarlo cueste lo que cueste, ¡Paga el ciudadano! ¡Así funcionan nuestro Parlamento y Gobierno!

¡Con mis hijos no te metas! Es el grito, el slogan, la bandera que enarbolan ya en muchos países hermanos de Sudamérica contra la ideología de género que, cual ciclón y tsunami combinados, ha inundado medio planeta en muy poco tiempo lloviendo  dineros abundosos de explotadores desalmados, léase el magnate Soros -buen amigo de Sánchez y Borrel - y otros desalmados similares que riegan también a la ONU, a la CE, a lobbies bien conocidos y lo que haga falta para destruir la civilización, nuestra sociedad y todo cuanto su cretinez es capaz de idear. El foco central a destruir es la familia y nada mejor para lograrlo que destruir psico-socialmente a los niños.

Pero la mentira no debe guiarnos y las leyes deben basarse en la verdad para que sean justas. Se han dictado e impuesto  LEYES INJUSTAS, y se proyectan otras a nivel nacional. ¡¡¡Más progreso Sr. Sánchez!!!

Nuestra conciencia de padres, de ciudadanos, de personas normales debe estar por encima de los dictados estatales o políticos cuando son tan injustos, perversos y destructivos.

Jamás debemos permitir que nuestros hijos sean transformados en hijos del estado, con la mentira, la falacia, la injusticia, la violencia institucionalizada, tal como se hizo en la extinta Unión Soviética en sus tiempos más negros del siglo pasado.

Los padres y los educadores conscientes debemos levantar, junto con nuestros hermanos de Sudamérica, el grito ¡Con mis hijos no te metas! Tenemos absoluto derecho, es justicia y debemos defender lo más sagrado nuestro, de la sociedad y de la patria; LOS NIÑOS.

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