María Teresa Fernández de la Vega no se ha operado

He leído con interés la única entrevista que ha concedido la ex vicepresidenta del Gobierno Zapatero, María Teresa Fernández de la Vega, tras su salida del Ejecutivo. Se la concedió a la periodista Esther Esteban para la revista Yo Dona, de Unidad Editorial, y fue publicada en pasado sábado. En ella cuenta algunas cosas interesantes.

Lo primero es que su cambio de ‘look’ no obedece a una operación de cirugía estética.

-- “Es verdad que estoy mucho mejor –ha dicho- más descansada, con más horas de sueño, con más kilos, con más tiempo, en definitiva, más cuidada...”.

¿Y sobre su paso por el quirófano?

-- “Se ha especulado con todo eso, pero no es cierto. Si hubiese sido así, no tendría inconveniente en decirlo, pero no lo es. Es verdad que estoy mucho mejor, y me he recuperado poco a poco en estos 12 meses, tras casi siete años de trabajo intensísimo, dormir poco, no descansar nada y tener muchísima responsabilidad. Y eso se termina acusando físicamente. Ahora me cuido mucho más, como y duermo mejor. He ganado algunos kilos, que en una persona de mi estructura, se notan muchísimo. Además hago deporte, paseo, en fin... Estoy mucho mejor”.

Y no le ha gustado este debate:

-- “Se pone de manifiesto que a las mujeres se nos juzga más por cómo estamos que por lo que hacemos, que sigue habiendo una mirada sexista y que aún queda mucho trabajo pendiente y mucho que cambiar para lograr una sociedad más igualitaria y que viva con más normalidad la presencia de las mujeres en todos los ámbitos de la vida”.

Desmiente algo que se ha dicho en este mismo blog: uno de los síndromes más angustiosos para todo aquel que abandona el poder es el síndrome del teléfono que ya no suena, de las personas que ya no se te ponen a la primera llamada, de la caída en el ostracismo en definitiva.

-- “Yo no he tenido esa sensación. El teléfono sigue sonando sin parar. Simplemente, vivo otra etapa. (...) Estoy contenta porque la gente sigue siendo muy cariñosa conmigo. Esa es la mejor recompensa que puedo tener”.

 

Niega que el Consejo de Estado, donde se acaba de instalar, se haya convertido en un ‘cementerio de elefantes’:

-- “Esa es su leyenda negra. Desde el primer día he tenido que remangarme para estar al nivel del altísimo debate intelectual que se produce en esta institución. Quiero estar a la altura y eso requiere mucho trabajo. (...) Trabajo no me falta pero es muy bonito”.

Dicho lo cual, sólo tengo dos puntualizaciones que hacer.

La primera es que fue el suplemento ‘La otra crónica’ del diario El Mundo (como ‘Yo Dona’, también de Unidad Editorial) el que afirmó de forma rotunda que De la Vega se había operado, incluyendo el testimonio de varios doctores apuntando cuáles habrían sido los arreglos.

Segundo. Me parece muy bien que De la Vega declare lo que le parezca oportuno. Sin embargo, no puedo estar más en desacuerdo con sus acusaciones de ‘sexismo’ hacia los que han hablado de su aspecto físico.

Es el viejo cliché victimista y cansino que tan flaco favor le hace al verdadero feminismo. Porque la ex vicepresidenta debe recordar el revuelo que se armó, también en nuestro país, a cuenta de otros sonados ‘cambios de look’. Por ejemplo, tras los implantes capilares de José Bono o Hilario Pino.

Más en twitter: @javierfumero

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