Semana “horribilis” para ZP: de Martorell a Madrid pasando por Bono, le abuchea la cabra y, de postre, barras y estrellas

El Presidente del Gobierno está en un ¡ay!   Él mismo dice que hubo descoloque ante la negativa de Bono para optar a la Alcaldía de Madrid. Además, los boixos nois  de su partido en Martorell le montan un numerito de kale borroka amb tomaca y declaran “non gratos” a Acebes y a Piqué.   El día del Pilar es una cruz para él y le abuchea hasta la cabra de la Legión. Además, no tiene dónde sentarse al paso de la bandera de las barras y las estrellas. Y todo eso cuando la herida que le ha hecho Bono le ha rozado la femoral política.   El espectáculo que el Partido Socialista está dando en Madrid es de aurora boreal. Se ha descubierto que la “gran” cantidad de nombres que barajaban Rodríguez Zapatero y Blanco no existía, las negativas de muchos propuestos han sido sonadas, los nombres que suenan –incluidos Borrell o la Vicepresidenta Fernández de la Vega- se antojan salidas de emergencia y –que se sepa- sólo Zerolo sigue a disposición del Partido. El resto, parches.   Simancas está que no le llega la camisa al cuerpo y los socialistas madrileños –Juan Barranco se ha despachado a gusto- tienen un cabreo monumental con Ferraz. En la sede socialista lo mejor que se oye es que Blanco está en pleno desconcierto y no se entera por dónde le da el aire –en este caso del Guadarrama- de las elecciones madrileñas.   Y en estas estábamos cuando –no se sabe si con viento de levante- llega José Bono. Y entre ambigüedades, malos entendidos, quizás peticiones no atendidas para el caso de derrota, hipotéticas venganzas sicilianas y dagas florentinas de por medio, marea la perdiz de sus tierras manchegas y deja a todo el partido –incluido el Presidente- con la miel en lo labios, con la puerta en las narices o con el culo al aire. A eso lo llama el Secretario General de los Socialistas descoloque, palabra equívoca, sobre todo si tenemos en cuenta que Bono proviene de las filas de Tierno Galván, aquel alcalde del “ahora, a colocaros”. ¡Qué cosas!   No va a ser fácil averiguar las intenciones de José Bono, ni sus explicaciones suenan a “toda la verdad”. El que más y el que menos piensa que el político de Albacete se guarda siempre un as en la manga y, precisamente por eso, JB –que nadie se alarme, es José Blanco- se ha apresurado a jubilarle de la política.   La negociación con la ETA carbura poco. Razonablemente, dice Zapatero. Pero eso no es de recibo cuando sigue la violencia en el País Vasco, cuando se están abriendo puertas al proceso natural en relación a los presos y cuando el propio Presidente habla de un simple cambio de nombre para legalizar a los políticos de la banda terrorista. En esa línea parece que el balón de oxígeno que se podía conseguir al llevar el asunto a Europa, ni es tan grande ni tiene tanto oxígeno como se pensaba en Moncloa.   Quina, y no oxígeno, tragó el Presidente del Gobierno en la Plaza de Colón. Entre abucheos y silbidos no sabía si poner cara seria o sonreír a la cabra de los legionarios, que debutaba este año y que iba atada por si acaso ella también se ponía a abuchear.   Menos mal que los primeros planos de TVE con las imágenes del Rey y del Presidente del Gobierno fundidos con la Bandera de España, vinieron en auxilio de Zapatero y a lo mejor le regalaron un futuro cartel electoral.   Ibarretxe, que se entera de pocas cosas, da fechas y hasta parece que se entera de algo, por la seriedad con que hace afirmaciones sobre el País Vasco y lo que allí está pasando. Lo cierto es que gracias a declaraciones como las del Lehendakari vamos viendo por dónde estamos en eso del mal llamado proceso de paz.   Mientras, la policía pide un plus de peligrosidad -que es como si Juan Mari Arzak o Pedro Larrumbe o Ferrán Adriá pidieran un plus de humos de cocina-, y se suspende la cumbre de ministros de la vivienda que se iba a celebrar en Barcelona por aquello de la seguridad y de los boixos nois -de Martorell o no-, que nunca se sabe por dónde van a salir a hacer cultura catalana.   La oposición espera y casi calla. De vez en cuando Rajoy suelta algún dardo o nos coloca cientos de miles de propuestas para solucionar el problema de los cayucos, pero parece, al menos les parece a algunos en Génova, que ahora la táctica es dar cuerda a los socialista que están en trance de ahorcarse solos.   Hasta dicen las malas lenguas del Partido Popular que si Bono llega a presentarse a las elecciones para Alcalde de Madrid se hubiera retirado Ruíz Gallardón para que ambos pudieran cumplir su promesa de no enfrentarse electoralmente por el mismo puesto.   ...Y comieron perdices. Eso sí, Bono en Toledo. De momento.

 
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