Por la boca… Rubalcaba y un señor de Murcia

Alfredo Pérez Rubalcaba se fue el pasado sábado a Murcia de bolo de fin de semana, de esos que se hacen sin corbata. Ahora, para Rubalcaba, esos bolos ya no son tan bolos porque atufan a primarias y ahí, endurece su discurso, entra de lleno en la más pura demagogia y arremete contra Mariano Rajoy.

Aunque no era un mitin multitudinario, solamente se echó de menos que alguien gritara aquello de: ‘Alfredo dales caña’, como en los mejores  tiempos de Alfonso Guerra. Pero, por lo demás, no faltó de nada.

Desde ese tartamudeo intencionado al principio de algunas frases, con el que Rubalcaba pretende infundir naturalidad al discurso, hasta los ojos entornados que quieren dar un toque de sinceridad cuando el, todavía, líder socialista dice aquello de, ‘os diré la verdad, compañeros y compañeras’, pasando por el consabido ‘tic’ socialista de aludir constantemente a un compañero o compañera presente, por su nombre de pila, su diminutivo y hasta por su alias más familiar

Esta vez, en Murcia, le tocó a Rafa. Cada párrafo contenía una alusión amigable y un toque de intimismo fuera de lo común. Rafa por aquí, Rafa por allá, y venga Rafa.

Rafa, que se supone que es un señor de Murcia –que diría el incomparable Miguel Mihura-  parece que podría ser Rafael González Tovar, el secretario general del Partido Socialista murciano. Pero aún así, fue demasiado Rafa. Vamos que lo de Rafa resultó cansino a más no poder. Tú lo sabes Rafa, como tú has dicho Rafa, que te voy a decir que tu no sepas Rafa…

Desde el famoso ‘línea’ futbolístico de aquel rotundo ‘no jodas Rafa’, no ha habido otro Rafa más mentado en nuestro acontecer político de cada día.

Y es que, salvo las alusiones al señor de Murcia, nada más hubo de reseñable en el discurso de Pérez Rubalcaba en el mitin de primarias.

Pocas ideas, sabidas y reiteradas, sin creatividad y sin novedad alguna. Poco bagaje para quien aspira a ser presidente del Gobierno, porque querer llegar a la Moncloa sólo para derogar leyes resulta bastante escasito  aunque se venda a granel.

Y mientras, Eduardo Madina, agazapado; Carmen Chacón, volviendo por el Atlántico, Patxi López, sonriendo hacía el otro colmillo y Emiliano García Page, en Toledo, agarrado al Greco y concediendo entrevistas.

 
Comentarios