Aquí no dimite ni el tato

Nada. Está visto que aquí no dimite nadie. Ya puedes esperar sentado. Duran i Lleida, Jesús Caldera, Javier Moreno... tres señores que han tenido recientemente motivos más que sobrados para poner su cargo a disposición del partido o de la empresa. Y nada.

Para empezar, es intolerable que Duran i Lleida siga al frente de Unió tras conocerse el acuerdo alcanzado entre su partido y la Fiscalía para eludir la cárcel, que obliga a UDC a devolver los 300.000 euros desviados de subvenciones públicas por la trama del ‘caso Pallerols’.

Ya lo dije en otro post y no me voy a extender hoy. Sólo digo que sigue resultando intolerable ver a Duran i Lleida en la primera línea política nacional tras su compromiso público de marcharse si se descubría alguna irregularidad.

Jesús Caldera es vicepresidente ejecutivo de la Fundación Ideas. Esta institución, que actúa teóricamente como una factoría de pensamiento para el PSOE, ha estado pagando 3.000 euros una tal Amy Martin por surrealistas artículos de opinión.

El suceso le ha costado el puesto a su director, Carlos Mulas, pero miembros del partido socialista han exigido también el cese de aquel que debía guardar la casa e impedir que se cometiera en ella un fraude de este calibre.

La respuesta de Jesús Caldera ha sido, como no podía ser de otra manera, el enroque. No: él no dimite porque –y cito textualmente- no ha tenido conocimiento “de estos hechos hasta hoy”.

¡Pero es al revés! Precisamente se le exige su renuncia por haber estado en la inopia mientras el señorito que había puesto al frente de la cosa se lo llevaba crudo.

Y después está el grave patinazo de El País.

El diario del Grupo Prisa retiró en la madrugada del jueves de su página web y de su edición impresa una foto que mostraba a un hombre entubado en una cama de hospital y que una agencia informativa, explicaba, había suministrado al periódico afirmando que se trataba del presidente de Venezuela, Hugo Chávez.

 

Pues no. No era Hugo Chávez. Era un fotograma extraído de un vídeo de 2008 en el que aparecía un anónimo personaje en una cama de hospital.

El País emitió un comunicado para explicar el error garrafal, en el que admitía que no había “podido verificar de forma independiente las circunstancias en que fue tomada la imagen, ni el momento preciso, ni el lugar”.

Aún así, con esas dudas tan decisivas, decidieron publicar la dichosa foto en Portada. Una imagen íntima que, de haber sido verdadera, habría abierto otro debate ético importante acerca de la licitud de mostrar en el trance de muerte la imagen de un ser humano, de violar el respeto debido a una persona agonizante.

Como digo, un desastre colosal. También económico por cierto.

¿Ha dimitido alguien? Al momento de cerrar este artículo, no. El director del periódico, Javier Moreno, tenía prevista su asistencia al World Economic Forum que se celebra esta semana en Davos (Suiza). Me pregunto si habrá acudido a la cita tras lo sucedido, que ha traspasado fronteras hasta convertirse en noticia de relevancia mundial.

Conclusión: se confirma, una vez más, la escasa cultura de la dimisión que tenemos en este país. No es un orgullo decirlo. Para nada.

Más en twitter: @javierfumero

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