La palabrota de Vicente del Bosque

España juega hoy su segundo partido de la Eurocopa. El país está en vilo, ansioso, expectante, con los ánimos encendidos. Hay mucho en juego.

Los españoles necesitan anestesia para sobrellevar el dolor de esta crisis. Tantas penurias, estrecheces, calamidades. Un presente tan oscuro y un futuro tan negro.

Además, es que nos están zurrando de lo lindo. En Europa se ríen de nosotros, nos ponen a caldo, nos tachan de maleantes, de tramposos y fulleros, de manirrotos aficionados a vivir la buena vida. Así, por esta deriva, el hispano (más cigarra que hormiga) ha quedado encuadrado entre los cerdos. Ya saben: los PIGS (Portugal, Irlanda, Grecia y España).

Ante este panorama, los éxitos deportivos (bravo, Rafa Nadal) actúan de calmante y nos levantan la autoestima. En este ámbito –fútbol, tenis, ciclismo, baloncesto...- marcamos tendencia, no viajamos en el furgón de cola. Todo lo contrario. Somos la envidia, un modelo a seguir.

Cuentan que la gran perjudicada de esta magnífica Eurocopa está siendo la industria del cine. La recaudación del pasado fin de semana, cuando se inauguró el campeonato, ha sido ridículamente baja. Los españoles optaron por el ‘sillón-boll’.

Las audiencias televisivas de los partidos de fútbol reflejan lo contrario. Un ejemplo: el anodino partido entre Grecia y República Checa que tuvo lugar la tarde del pasado martes obtuvo un dignísimo 16,1% de share. Es decir, que 1.688.000 españoles siguieron encantados el espectáculo.

Así que este país vive el fútbol con pasión. Todos queremos opinar porque, como se dice tradicionalmente, todos llevamos un entrenador dentro.

Por eso, si Del Bosque decide el pasado domingo no alinear un delantero centro, se monta la de san quintín. Tanto, que hasta un señor moderado, paciente y tranquilo como el técnico de la Selección perdió el martes los estribos.

Durante una larga entrevista ante los micrófonos de Onda Cero explicó, una y otra vez, por qué alineó a Cesc Fabregas de ‘falso 9’. Dejó claro su respeto por las personas que han opinado que fue un error. Y añadió que la función del jugador del Barça era obstaculizar la salida del balón de Italia: quería que, entre Pirlo y De Rossi, hubiera un jugador para ejercer la presión.

 

Pero, añadió inmediatamente: “sin perder para nada el aspecto ofensivo. Que no lo perdimos. Porque de hecho metió el gol, coño”.

No es fácil escuchar a Del Bosque expresarse así. Demostración de lo harto que debe estar de tanto debate.

Más en twitter: @javierfumero

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