Ahora toca niños

¿Quién dijo que la campaña electoral iba a ser igual que la anterior? ¿Quién afirmó que nuestros políticos no tienen imaginación? ¿Quién aseveró que no se ocupaban de los problemas de los ciudadanos? Infundios miserables.

Ni ‘eres’, ni debates, ni fuera corbatas, ni camisas remangadas, ni mítines con ‘aplausómetro’, ni encuestas ‘cocinadas’, ahora lo que se llevan son los niños. Niños más bien repipis, niños que no están aleccionados, niños que con siete años distinguen perfectamente entre izquierdas y derechas, saben quién es amigo de Maduro y lo que son impuestos. Niños que hacen preguntas ingeniosas y hasta comprometidas a unos políticos, cercanos, melifluos y que emplean un tono que ya quisiera Mary Poppins.

Todo muy natural y muy fresco; así son nuestros niños que -en frase sublime e incontrovertible de alguno de los mayores entrevistados- ‘son los mayores del futuro’.

Que niños con cinco años sean utilizados para semejantes bodrios televisivos y a mayor gloria del candidato, debería estar automáticamente tipificado como corrupción de menores.

Pero es lo que tenemos –que no lo que nos merecemos, porque hay cosas que un ser humano nunca puede merecerse- y con lo que vamos a lidiar los españoles el próximo mes de junio.

Son nuestros niños bilingües, esa generación digital con la que a todos se nos cae la baba. Los fracasos escolares, la violencia en el hogar, la falta de autoridad en las escuelas, el acoso a los compañeros de clase, etc. etc. tiene poca importancia frente al enternecimiento de los políticos en semejante tesitura coloquial.

¡Pobrecitos míos!

 
Comentarios