¿Necesita mi bebé ir a atención temprana?

La crianza de un bebé es un viaje lleno de emociones, felicidad y alegría que comienza desde el mismo momento en que descubrimos que vamos a ser padres.

Sin embargo, también es una etapa que puede venir acompañada de muchas dudas, inquietudes y miedos, especialmente cuando somos padres primerizos. Deseamos con todas nuestras fuerzas que nuestros hijos crezcan sanos y felices, sin ningún problema en su desarrollo.

A lo largo de esos primeros años, es lógico preguntarse si todo va bien o si es necesario llevar al bebé a atención temprana. En el artículo de hoy vamos a analizar qué aspectos abarca la estimulación temprana, cuándo es el mejor momento para empezar y por qué es crucial para el desarrollo de los más pequeños de la casa, ¡quédate con nosotros! 

¿Qué es la atención temprana? 

La estimulación temprana es el conjunto de intervenciones que se dirigen a niños y niñas durante sus primeros años de vida, que se centran en potenciar el desarrollo y en prevenir o detectar posibles dificultades del desarrollo de una forma temprana, para así poder ofrecer el apoyo necesario para un crecimiento y aprendizaje adecuado.

Y es que los primeros años de vida del bebé son fundamentales para el desarrollo posterior. ¿Sabías que el cerebro de un niño de tres años es el doble de activo que el cerebro de un adulto? Es la etapa de mayor plasticidad cerebral, donde se forman un millón de conexiones sinápticas por segundo. Es por ello que la estimulación durante estos años resulta vital. 

La atención temprana, realizada entre el nacimiento y los seis años de edad, es esencial para todos aquellos niños que presenten dificultades de aprendizaje o desarrollo, pero también es una herramienta que beneficia a todos los niños y que es capaz de maximizar su capacidad de aprendizaje y su plasticidad neuronal. 

¿Cómo saber si mi bebé necesita recibir atención temprana?

Es natural que los padres se pregunten si su bebé necesita atención temprana. Aunque es importante recordar que cada niño y niña tiene un ritmo de desarrollo diferente, observar algunas señales como retrasos en el desarrollo motor, problemas con la alimentación o dificultades, o retraso en la comunicación, puede ser indicativo de que tu pequeño podría beneficiarse de estas terapias. 

En cualquier caso, si tu instinto te hace pensar que algo no va bien, lo más recomendable es buscar un centro de atención temprana, como los centros anda CONMiGO, cuyos profesionales podrán evaluar las necesidades de tu pequeño y orientarte sobre si necesita algún tipo de atención, estimulación o ayuda.

Recuerda, cuando se trata de los niños siempre es mejor pecar de precavido que perder unos años que pueden resultar fundamentales. 

Rompe con los mitos

A veces, los padres sienten cierta reticencia o temor ante la atención temprana por miedo a etiquetar al niño, o por la creencia de que este tipo de intervenciones solo son necesarias en caso de discapacidad.

Por ello, es vital entender que estos servicios están diseñados para apoyar a todos los niños durante su crecimiento y desarrollo, independientemente de cualquier diagnóstico. No se trata de poner etiquetas, sino únicamente de proporcionar las herramientas necesarias para que cualquier niño o niña alcance su máximo potencial. 

De modo que si tienes un bebé de entre 0 y 24 meses, no dejes de observar a tu pequeño y de llevarlo a un centro de atención temprana ante cualquier duda o inquietud.