Zapatero y Rubalcaba están convencidos de que el PSOE sólo ganará las elecciones generales si mejora la economía. Objetivo prioritario: evitar un adelanto electoral

“Si la situación económica de España mejora de aquí a un año, hay posibilidades. Si no, nos vamos a la calle”. Es la tesis que manejan desde hace unos meses el presidente Zapatero y su brazo derecho, Alfredo Pérez Rubalcaba. Con esta premisa se ha diseñado la estrategia del Gobierno a corto y medio plazo.

Fuentes con hilo directo y habitual al vicepresidente primero, que manejan información de primera mano, a las que ha tenido acceso El Confidencial Digital, confirman que esta es la consigna principal que manejan las dos personas que dirigen en estos momentos el país.

Zapatero y Rubalcaba están convencidos de que si España mejora de forma significativa sus principales índices macroeconómicos antes de marzo de 2012 tendrán alguna posibilidad de ganar las elecciones. El Gobierno podrá entonces ‘vender’ a la ciudadanía que esa recuperación ha sido gracias a un Ejecutivo responsable, que ha tomado las medidas adecuadas al margen del desgaste de popularidad que le pudieron suponer en su momento.

Y al contrario. El convencimiento en Moncloa es que si el país no remonta a tiempo, no habrá prácticamente nada que hacer. Los electores van a castigar duramente en las urnas a sus dirigentes, por más que se piense que las causas de este ‘crack’ han sido de tipo coyuntural fundamentalmente, fruto de una crisis de modelo global, no circunscrita a España.

El equipo de Gobierno está tan convencido de esta idea que se considera incluso secundario (de cara a mantenerse en la Moncloa) el paquete de medidas sociales que se anunció a bombo y platillo el pasado mes de noviembre.

Se anunció una ley de cuidados paliativos y muerte digna, que se quiere aprobar en marzo; normas para fomentar la igualdad de trato y relacionadas con la violencia de género; reformas en la Justicia para agilizar y ordenar su funcionamiento; la mejora de la ley Concursal para abaratar y acortar las suspensiones de pagos; la anunciada ley para favorecer la competencia entre profesionales, que establecen los derechos mínimos de los consumidores de productos económicos; el nuevo reglamento de Telecomunicaciones y de Eficacia Energética y Energías Renovables; una norma para regular el juego; la reforma de los gobiernos locales, la de mecenazgo y la ley de utilización de lenguas cooficiales ante los órganos del Estado.

No son reformas estrictamente económicas. Por lo tanto, “el partido no se juega ahí”, insisten las fuentes consultadas, “aunque es nuestro deber abordar esas cuestiones”. De ahí que las medidas más importantes para el Gobierno sean ahora las que fomenten la creación de empleo, la renovación de las pensiones, la reducción del déficit, la mejora del acceso al mercado de trabajo, la regulación de la negociación colectiva…

Y eso que el PP no está acertando

La certeza de que las generales se decidirán en clave estrictamente económica es tal que Zapatero y Rubalcaba entienden que eso juega incluso a favor del Partido Popular. A juicio de ambos, el partido de Mariano Rajoy no está acertando en su estrategia. Se equivoca, explican en privado, al no aprovechar la ocasión de transmitir una imagen de gobernante responsable, de partido cabal y con sentido de Estado.

Sin embargo, admiten, esto tampoco va a ser decisivo. El PP tendrá muchas opciones de llegar a La Moncloa si la economía mundial o la española no mejoran. Prácticamente al margen de lo que hagan en los próximos meses.

 

El caso Merkel y Obama

Para reforzar la tesis del Ejecutivo se citan dos casos relativamente cercanos. Por un lado, la situación de Ángela Merkel, cuyo desempeño al frente del gobierno alemán no es acorde al bajo índice de popularidad que arrastra. Y todo por culpa de la economía.

También se cita el caso de Barak Obama. A juicio de los dos principales dirigentes españoles, Obama ha dilapidado todo el crédito obtenido en las urnas en el altar de una economía como la norteamericana que no termina de remontar. Por eso, los electores han sido implacables: el pasado mes de noviembre castigaron al presidente con un histórico varapalo que le dejó sin el control de la Cámara de Representantes y sin diez plazas importantes en gobiernos estatales.

Evitar, como sea, un adelanto electoral

Visto lo visto, la conclusión a la que se llega en el Gobierno es que ahora es preciso evitar un adelanto electoral. Como sea. Cuanto más margen haya para que la economía española repunte, más posibilidades tendrá el PSOE de volver a ganar las elecciones.

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