Órdago de Abascal a Feijóo: exige una vicepresidencia del Gobierno a cambio de dar alcaldías al PP tras el 28-M

Santiago Abascal ha comenzado a presionar a Alberto Núñez Feijóo para que lo acepte como socio. Reclama para él tener una vicepresidencia del Gobierno en el próximo Ejecutivo de coalición PP-Vox, a cambio del apoyo de su partido a los populares para que se hagan con las alcaldías en los municipios donde las dos fuerzas de derecha sumen mayoría.

Según concluyen casi todos los sondeos publicados últimamente, el PP ganará las elecciones generales, y la presencia de Sumar no servirá a Pedro Sánchez para revalidar el Gobierno. Únicamente el CIS coloca como ganador al PSOE, con casi cinco puntos de distancia sobre el Partido Popular. 

Se trata de encuestas realizadas tras la presentación de Sumar, el proyecto de Yolanda Díaz, y la moción de censura de Vox. 

El PP necesita a Vox

La presentación de la moción de censura contra Pedro Sánchez, con personaje intermedio como fue Ramón Tamames, no ha pasado factura al partido de Abascal en cuanto a intención de voto, según las encuestas.

A la vez, los estudios que dan como vencedor a Alberto Núñez Feijóo coinciden en que el líder popular necesitará los apoyos de Vox para conseguir una mayoría suficiente que le permita formar Gobierno tras las generales de finales de año.

Vox envía mensajes 

La dirección nacional de Vox tiene conocimiento constante de la evolución de la intención de voto en el país, y también de su posible papel decisivo, tras los comicios de diciembre de 2023 a la hora de conformar una nueva mayoría de Gobierno. 

Por ese motivo, según ha podido saber Confidencial Digital por fuentes conocedoras de los contactos, desde las filas del partido se están enviando recados a diferentes cargos del PP con el mensaje de que van a tener que hablar, y de que esas conversaciones deberían desarrollarse pronto; desde luego, antes de la convocatoria electoral de finales de año.

Una vicepresidencia

Según las mismas fuentes, uno de los mensajes procede del propio dirigente de Vox, Santiago Abascal, enviado a Núñez Feijóo a través, por ahora, de intermediarios. 

La propuesta de Abascal se resume en reclamar para él una vicepresidencia del Gobierno en el próximo Ejecutivo de coalición PP-Vox, a cambio del apoyo de su partido a los populares para que se hagan con las alcaldías en los municipios donde los dos partidos sumen mayoría tras el 28 de mayo.

Que le acepte como socio

Pese al fiasco sufrido de las elecciones andaluzas, porque el PP obtuvo mayoría absoluta, Vox tiene decidido que su objetivo es obligar a Feijóo a aceptarlo como socio indispensable para llegar a La Moncloa, convirtiéndolo en rehén de su apoyo. 

Abascal ya ha denunciado en alguna ocasión lo que califica de “nuevo intento de imponer un cordón sanitario” a Vox, y ha advertido a Feijóo de que podría aplicar la misma fórmula en comunidades autónomas y ayuntamientos en los que el PP no sea el primer partido pero la derecha sume mayoría tras las elecciones de mayo, ofreciendo así en bandeja a la izquierda presidencias autonómicas y alcaldías.

Castilla y León como modelo

El escándalo del protocolo en Castilla y León para ofrecer a las mujeres que quieran abortar escuchar el latido del feto y verlo en una ecografía 4D, ha recordado al PP los riesgos que supondría tener a Santiago Abascal como vicepresidente del Gobierno.

Hay que recordar que Vox subrayó entonces que el vicepresidente castellano-leonés, Juan García-Gallardo, no se inventó las medidas que anunció en una rueda de prensa posterior al consejo de gobierno; insistió en que el protocolo antiabortista había sido pactado con el presidente Alfonso Fernández Mañueco y figuraba expresamente en el comunicado que ese día hizo público la Junta. 

En ámbitos políticos se concluyó en aquel momento que Vox se había apuntado un tanto, ya que, en contra de lo que aseguraron ambos partidos, esas medidas no figuraban en el pacto de Gobierno de Castilla y León; en el que solo se hablaba genéricamente de apoyar la natalidad mediante ayudas directas e incentivos fiscales.

Sin embargo, ante la dimensión que tomó la polémica, desde Génova se obligó a Mañueco a dar marcha atrás y se lanzó un órdago a Vox: “Si se quiere marchar del Gobierno [de Castilla y León] que se marche, es una decisión suya”. Abascal no recogió el guante, porque lo último que quiere es acabar con el único Gobierno de coalición entre PP y Vox existente, que debe servir como modelo a nivel nacional.

Ven a Sémper como un obstáculo

En la cúpula de Vox ven, por otro lado, que la presencia de Borja Sémper como portavoz de campaña al lado de Feijóo constituye un serio obstáculo para su pacto con el PP. 

Hay que recordar que Sémper y Abascal se aprecian mutuamente: “Mi relación personal con Santi está a prueba de bombas”, ha reconocido en alguna ocasión el portavoz de los populares.

Sin embargo, en Vox no pasan por alto ahora que Borja Sémper declaraba lo siguiente, un año antes de dejar la política y pasar a la empresa privada, de donde lo repescó hace unos meses Feijóo: “Vox es populista y reaccionario. Eso nos pone a una distancia sideral”.

Fuentes del entorno de Santiago Abascal atribuyen a Sémper la oferta del PP al PSOE para que, tras las próximas elecciones, gobierne el candidato de la lista más votada, aunque no tenga mayoría absoluta -a pesar de que hace tiempo que Núñez Feijóo defiende esta posición-, lo que desactivaría a los grupos minoritarios como son Vox y Podemos.