Javier Fumero

Confirmado: el Gobierno padece trastorno bipolar

“Se atisba la salida del túnel de la crisis económica en España”. Palabra de Cristóbal Montoro.

Erre que erre, este Gobierno sigue empeñado en comerle la moral a los españoles. Estamos saliendo del pozo; una transformación sorprendente; España es un referente; estaremos entre los países más pujantes.

La pejiguera de siempre, cuando los ciudadanos de la calle (incluida la clase media) sigue pasándolas canutas. Porque no nos engañemos: que Bill Gates invierta 160 millones de euros en FCC no es que haya vuelto el crédito, hayan desaparecido las hipotecas o haya crecido el empleo.

Pero lo peor de todo es el trastorno bipolar que les ha entrado a nuestros gobernantes. Por ahí andan con todos los síntomas de esa penosa enfermedad mental que afecta a personas con cambios de ánimo poco comunes.

Hagamos memoria.

El pasado 26 de abril (hace sólo seis meses), Soraya Sáenz de SantamaríaCristóbal Montoro y Luis de Guindos comparecieron en la sala de prensa de La Moncloa para informar de que el Gobierno había revisado a la baja sus previsiones. Aquel día se anunció que la caída del PIB sería del -1,3%, que el déficit estaría en el 6,3%, y que el paro alcanzaría un 27,1% en 2013.

En el entorno más directo de Rajoy se conoce aquella declaración pública como “la rueda de prensa de los tres tenores”. El resultado fue un rotundo fracaso, un boomerang que trajo muchos dolores de cabeza al Ejecutivo.

Según los datos que se manejaron entonces en La Moncloa, tras esa declaración a tres voces, la confianza de los inversores en la economía española sufrió un descalabro alarmante: bajó cinco puntos en cuestión de horas. Lo que tanto trabajo había costado construir al Gobierno se había desplomado de golpe.

Este hecho ha marcado todo lo que ha venido después. De aquellos polvos, estos lodos: subidón, entusiasmo, vítores y palmas. Se trata de crear confianza y activar el consumo. Que los dueños del dinero pierdan el miedo y decidan empezar a moverlo. Una cosa llevará a la otra y...

 

...y mientras tanto, todos desquiciados con el maldito trastorno bipolar. Qué agonía.

Más en twitter: @javierfumero

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