Pedro Sánchez, no nos amenaces
Cinco días ha tenido Pedro Sánchez en vilo al país, mientras reflexiona sobre si le “merece la pena” seguir siendo presidente del Gobierno. Hoy, parece, habrá respuesta.
En vilo el país, y acogotado su propio partido, que no ha encontrado mejor ocurrencia que montar manifestaciones callejeras y demostraciones de adhesión incondicional, en medio de gritos angustiados de “No te vayas” y “Quédate. Y con una número dos, María Jesús Montero, desmelenada. ¡Qué espectáculo!
Óscar Puente, una de las personas más cercanas a Sánchez, quien cuenta con él para nombrarle sucesor, pronosticaba ayer: “La cosa no está fácil”, añadiendo que el presidente estaba “tocado”. Por lo visto, tocado y hundido.
Las cosas no se hacen así. No las montan así las personas normales. Si tenía, y tiene, dudas sobre su futuro y el de su familia, lo lógico es que lo medite con calma. Todo el tiempo que quiera. Pero no es preciso tomarse cinco días en dique seco, como presidente en paro. Y menos aún comunicarlo casi solemnemente a la ciudadanía, con una carta de cuatro folios. Piénselo, decídalo, y si su opción es dejar La Moncloa, anúncielo. Y ya está.
¿Qué ha buscado el todavía presidente del Gobierno con esa táctica tan irresponsable? Los preguntas son muchas.
¿Qué el partido se eche a la calle y que tal adhesión borre cualquier cosa, sea la que sea? ¿Que la opinión pública lo compadezca y lo absuelva? ¿Presionar al juez que ha abierto diligencias sobre las actividades de Begoña Gómez para que deje de instruir y mire a otro lado? ¿Que los medios de comunicación no cumplan su deber de informar? ¿Pretende eso?
Y así podíamos seguir preguntando. Por Pegasus, por Marruecos, por Israel...
Pero, ¿no proclamó el miércoles, en el Congreso, que cree en la Justicia?
Lo que parece de toda evidencia es que este país no se merece el esperpento montado por Pedro Sánchez, que además coloca a España en la categoría de las repúblicas bananeras, con perdón de esas repúblicas.
Coincido con los que han manifestado que no es el momento de añadir más inestabilidad a la situación del país, una coyuntura, por cierto, de la que tiene muy elevada responsabilidad el propio presidente, quien no en vano lleva casi seis años en el poder.
¿Qué nos anunciará hoy Pedro Sánchez? Si decide dimitir, protagonizando con este vodevil un enorme acto de irresponsabilidad política que lo dejará marcado de por vida, ¿significa eso que tiene algo que ocultar, que tiene miedo a que salga a la luz algo que le comprometa gravemente o que comprometa a su mujer, y por eso se marcha?
Y si lo que comunica es que opta por seguir en La Moncloa, tampoco va a salir bien librado, porque ¿ha colocado al país al borde del infarto sin motivo?
Entonces, le podrían entonar la tan conocida canción “No me amenaces”, que dice: “Porque estás/ que te vas y te vas/y te vas y te vas/y no te has ido”.
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