José Apezarena

El sueño de 'engullir' a Vox

Núñez Feijóo y Santiago Abascal, durante una entrevista en el Congreso de los Diputados

El Partido Popular sigue soñando con volver a unificar bajo sus siglas a toda la derecha española, como ocurría en el pasado hasta el advenimiento de Vox.

Desde entonces, el PP se ha movido en la duda sobre cómo comportarse con ese partido rival. En sucesivos momentos, ha tratado de comerle terreno por la vía de hacerse con alguna de sus banderas; de enfrentarse directamente e ir al choque; incluso de ‘pasar’ de Vox, de ignorarlos como si no existieran. Ninguna de esas estrategias ha resultado definitiva.

Núñez Feijóo ha reconocido que en la pasada campaña electoral del 23 de julio “faltó valentía para enfrentarse a Vox”.

Dicha opción, lo mismo que la de ignorarlos, se ha convertido en impracticable desde que han necesitado pactar mayorías en unos cuantos territorios autonómicos, en los que hoy gobiernan gracias precisamente al apoyo de Vox.

El enfrentamiento directo, que incluye la descalificación, no ha resultado una medida eficaz también porque dentro del PP han constatado que esa táctica lo que hace es fortalecer la decisión de las cargos populares que se pasaron a Vox, y también de los votantes defraudados. A pesar de que en Génova consideran que los alineados con Abascal son “unos frikis”, la realidad es que persisten en su militancia .

Así que, aunque las encuestas pronostican ahora una baja en las elecciones catalanas y europeas, la realidad es que el partido de Abascal sigue vivo. Y, por tanto, ese sueño de unificar toda la derecha continúa lejano.

Santiago Abascal acaba de escribir una carta a Núñez Feijóo, proponiéndole formar un frente común contra Sánchez, a la que el líder del PP ha ‘respondido’ impulsando dentro de su partido una operación para hacerse con el electorado de Vox, o al menos quitarle una buena porción de sus apoyos. Objetivo: robarles un millón de votos.

Para ello, ha diseñado un plan de cara a las europeas de junio que empieza por subir el tono, aunque cuidando de no escorarse demasiado a la derecha. En la dirección del PP han llegado a la conclusión de que la dureza es el único camino que entiende el electorado en las actuales circunstancias, con la nube tóxica de los bulos y la desinformación ensombreciéndolo todo.

Otro objetivo es acaparar el descontento con Sánchez y representar a la mayoría de los españoles que desea recuperar la política razonable y el Estado de Derecho, a diferencia de Vox que consideran que solo está en las políticas de choque.

 

La apelación a “ensanchar” las bases electorales del PP mira a aglutinar todo el espacio de la derecha, pero también a socialistas moderados que no comparten las cesiones de Pedro Sánchez a Junts, indultos, amnistía...

El objetivo final del PP se resume en ‘engullir’ a Vox. Tal es la palabra concreta que se escucha en Génova.

Sin embargo, el sueño de unificar la derecha parece bastante lejano. Si es que algún día lo consigue, que está por ver.

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