De vacaciones

Con el inicio del mes de julio, me voy de vacaciones. En realidad, a esta hora ya me he ausentado de Madrid.

Tomar vacaciones en julio incluye algunas ventajas. Por ejemplo, que uno se ahorra seguir un mes más, arrostrando el agotamiento de un largo curso, en el que han ocurrido tantas cosas. Y que, por supuesto, hay menos aglomeraciones que en agosto.

Pero presenta también sus inconvenientes. Uno de ellos, no menor, es que habrá que trabajar en el mes de agosto. Es decir, cuando la actualidad se aquieta, las noticias casi desaparecen… Y a pesar de ello habrá que seguir publicando El Confidencial Digital con el  mismo nivel de exigencia.

Este año no marcho al extranjero, como en los anteriores. Durante las próximas semanas, mis caminos discurrirán sobre todo por el Norte de España. En busca del frescor, pero también de lugares y parajes. También porque quiero visualizar en directo cómo están las cosas allá.

Así que estoy de vacaciones. Aunque no absolutamente. Quiero decir que compareceré de vez en cuanto en esta ventana. No todos los días, pero sí algunas veces. Para no perder del todo el hábito de escribir, para no desconectar de la audiencia, pero igualmente para reflejar, en su caso, las consideraciones que vayan surgiendo a lo largo de este periodo de descanso.

No es un compromiso formal, por supuesto. Pero intentaré aparecer por aquí “de cuando en vez”, que se decía, en broma, en mi tierra.

 
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