Una semana metida en ascos. A Blanco le da asco el Real Madrid y a Bush parece que le da asco ZP y a Merkel los ‘toquiteos’ de Sarkozy.

Hay ascos de embarazo. Hay ascos en el comedor del colegio. Hay ascos de casa de los suegros. Incluso se pueden hacer ascos a las anchoas que trae Revilla a La Moncloa –cosa que sería un grave error- y hasta se pueden hacer ascos al Real Madrid en el palco del Manzanares como hizo Blanco, cosa que sí, fue un gran error, un inmenso error.

Blanco es como esos niños consentidos y mimados, remilgados y escrupulositos a los que todo –todo lo que no sea lo suyo- les producen arcadas y se ponen a vomitar en cualquier sitio provocando el bochorno de sus allegados. Blanco no abochorna a sus conmilitones socialistas, que hasta le jalean la vomitona, pero es que a veces lo hace ‘fuera del tiesto’ y provoca las nauseas de los demás. Ahora ha defendido nuestra presencia en la cumbre económica porque, según él, no van a arreglar la crisis los que la han provocado, que naturalmente son los Estados Unidos, la guerra de Irak y Aznar y la foto de las Azores. Lo dicho, un asquito.

Y ahora la diplomacia española en un ¡ay!, de puerta en puerta implorando una invitación. Es que es muy duro haberse ‘currado’ todo lo de la regeneración y la refundación del capitalismo y haber salvado a la humanidad del desastre y que ahora que ya está todo solucionado gracias tu trabajo,  no te inviten por el capricho de un tío que da asco a Blanco y al que, además, no le quedan más de 13 días.

Lo ha dicho Miguel Sebastián, que tranquilos, que al presidente americano no le quedan más que 13 telediarios y que el que viene está como loco por hablar con Zapatero. Y a Bush que le vayan dando…un par de bombillas de bajo coste.

Estamos en la vorágine de las declaraciones asquerositas. Por ejemplo, Leire Pajín: ‘Sarkozy sabe lo importante que es que Zapatero esté en la cumbre’. Estas mujeres de la cuota están en todo. Hasta se enteran de lo que ‘sabe’ el presidente francés. Entre esto de Leire -que está metida en los pensamientos de mesié Nicolás- y los ‘toqueteos’ con Merkel no sería de extrañar que Carla Bruni estuviese molesta.

El que molesta –en él es algo crónico- es Ibarretxe. Ahora que, con lo de la crisis, nadie le hace demasiado caso, se dedica a incordiar y dice que el asunto de su consulta a vascos y vascas estuvo encima de la mesa cuando el Gobierno negociaba con la ETA. Si, al final, Blanco va a estar en lo cierto, es que hay cosas que dan asco.

Pero, sin ascos, se han aprobado los presupuestos, si acaso con los ascos de Solbes que perecía que estaba en un funeral. Como siempre, pero este más solemne, como aquellos de los pueblos que decían que eran ‘de tres curas’.

Bueno, la verdad es que estaban aprobados antes de que los aprobara el Congreso de los Diputados y de que Bono proclamara solemnemente los resultados de la votación. Y es que se habían aprobado en el mercado de las infraestructuras gallegas, de los aves navarros y de no se sabe qué cosas en Euskadi.

Los presupuestos parece que son importantes en cualquier democracia y que las cortes o parlamentos, en cualquier democracia, tienen algo que decir al respecto. Incluso aunque no sea cualquier democracia. Y si no, que se lo pregunten a Carlos V cuando le montaban numeritos los nobles y tenía que ir pidiendo dinero a los banqueros flamencos para gastárselo en sus guerras.

 

Lo de Rodríguez Zapatero es distinto. Carlos V era sólo emperador y ZP tiene en sus manos a los nacionalistas y además a los de UPN que, aunque votan por libre uno y por imperativo legal de Sanz el otro, pues votan lo que quiere Rodríguez Zapatero y además le hacen la puñeta a Rajoy.

A Rajoy no hace falta que nadie le haga la puñeta porque se la hace él solo. Bueno, solo o en compañía del equipo aquel que parió en Valencia y que tan buen resultado está dando…al PSOE.

Y es que el Partido Popular se hace un lío. Porque aprueba sin querer los presupuestos y quiere pero no puede en sus coaliciones con los navarros de UPN, y entonces va y suspende relaciones pero espera que no pase nada y que todo siga igual. Y así no se entiende ni Soraya Sáenz de Santa María, que es de natural inteligente, o Cospedal, que enciende una vela en Castilla- La Mancha y otra en Génova.

Y… Garzón, que diría Machado. El juez ya no es que sea un verso suelto, es que está desbocado y ha desbocado eso que antes se llamaba derecho procesal y que ahora se llama yo me lo “auto, yo me lo recuso y yo me lo juzgo’. Es como el ‘tres en uno’ pero en juez y con fosas a medio abrir. Hay gente mala que se pregunta por qué –aprovechando el tirón de jueces y secretarios de juzgados- no se pone en huelga indefinida el juez Garzón y, si de paso, arrastra con él, al Lehendakari y a Bibiana y a Blanco y a Bermejo, eso que nos ahorrábamos los españoles.

Aunque los ascos de Blanco debería hacérselos mirar que diría Benach escribiendo desde el escritorio de la limusina esa que se ha agenciado y que es como un antiguo ‘600’ pero de los de antes de la crisis.

Y ahí Blanco tiene ‘tema’,  porque hay limusinas que dan asco aunque estén relucientes. 

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