Esconder a Zapatero

Antiguamente, cuando la pedagogía no había avanzado tanto y los métodos de educación eran otros, era corriente castigar a un niño con un cachete y un ‘vete a tu cuarto y no salgas hasta que yo te diga’. Incluso a veces al padre o a la madre castigadores se les olvidaba el castigo, se les iba el santo al cielo y el castigado salía de su cuarto y nadie se enteraba.

Lo mismo dicen por los alrededores del PSOE que está pasando con Rodríguez Zapatero de cara a las próximas elecciones autonómicas y municipales. Al parecer hay conspicuos del Partido Socialista que han castigado al presidente a no salir de La Moncloa. Vamos, que no quieren ni verlo aparecer por sus diferentes dominios.

La verdad es que el ‘castigo’ no deja de tener su lógica. No están las cosas como para exhibicionismos y aunque él se empeña, y no ceja en el empeño, no parece que, en estos momentos, su juncal figura sea como para andar de feria en feria y de pueblo en pueblo vendiendo crecepelos en forma de planes de creación de empleo o energéticos o de recuperación de la economía.

Es un castigo lógico pero no parece que sea justo. Una cosa es que Rodríguez Zapatero no sea en estos momentos el mejor para ‘dar la cara’ y otra es que sea el único culpable. En cuanto se profundiza un poquito en nuestros mundos autonómicos y municipales hay alcaldes, presidentes y barones en general que tampoco resisten un pase de modelos demasiado exigente.

Además, extraña un poco –aunque en política ya se sabe- que, votos aparte, la mayoría de los que quieren esconder a Rodríguez Zapatero estén donde están por la voluntad y el dedo del líder hoy poco vistoso.

Pero lo más divertido sería que el secretario general del PSOE anunciara que vuelve a presentarse a las elecciones generales como candidato a la presidencia del Gobierno. Si eso sucediera, no duden de que muchos le llevarían a su pueblo en hombros.

 
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