Loca academia de Policía

Ha dicho Miguel Ángel Moratinos, Ministro de Asuntos Exteriores, que nuestra ayuda a la nueva democracia iraquí va a consistir en enseñar. No se asusten, se trata de enseñar en plan didáctico, no en plan erótico-festivo -que con Moratinos todo es posible-, enseñar de aprender. Vamos, enseñar a los iraquíes a ser policías, a ser jueces y, en definitiva, a ser demócratas. No hay mejor servicio para aquel pueblo que las enseñanzas de Moratinos. A ellos les puede encantar e incluso ilusionar la idea, pero los que estamos a este lado del mapa tenemos nuestras dudas más que razonables. Tras "la patada en la puerta" del Ministro Alonso y sus chicos para detener a militantes de un partido político; de las culpas arrojadas de políticos sobre policías; después de los follones en las comisarías asturianas y los trasiegos de explosivos, confidentes y declarantes; tras la entrada masiva de "sin papeles" por la Junquera, en cuya frontera no hay más que dos policías; o pensando en los líos policiales de Marbella, no parece que estemos en condiciones de dar lecciones a nadie. Y en cuanto a enseñarles a colocarse togas y puñetas tampoco es que andemos muy sobrados. ¿Van a ir de profesores Conde Pumpido y Garzón? No es para tranquilizar ese cuadro docente. También podemos dar clases de diplomacia, una de las cuales impartiría el embajador Cortina sobre informes secretos a su Ministro en relación a los viajes de los ex presidentes del Gobierno, o Chaves hablando sobre la diplomacia a seguir con dictaduras cubanas. Puestos a enseñar, siempre en plan didáctico, se me ocurren materias en las que estamos más "puestos". Ahí están los del "Madrid 2012", que hasta hablan en inglés, o Arguiñano, o los contertulios de Gran Hermano, o los que hacen las leyes sobre la televisión digital, o el mismo E´too que está que se sale en el Barça. Y ya en el campo internacional tenemos a Luis Aragonés, a Carod, a Bargalló, a Puigcercós, a Anasagasti, a Raúl, a Permach e incluso a Amenábar. Mientras, somos muchos los españoles que no acabamos de entender nuestra política internacional y más concretamente nuestra idea sobre las relaciones en ciertos conflictos que padece la humanidad. Condoleezza Rice viene a Europa y no nos mira ni de reojo y, guste más o menos, sea bueno o malo, esta señora parte el bacalao en el mundo. España no existe en la política mundial y queremos meter baza como sea. El problema está en que -dada la forma que tiene Moratinos de meter baza- lo que mete es la pata. Cualquier tema es más oportuno y mejor que estos dos que se ha sacado de la manga Moratinos. Esperemos unos días y les da clases de submarinismo y de quejas enérgicas ante el Gobierno de su Graciosa Majestad. Ya verán ustedes cómo pronto se abre un debate autonómico para decidir qué nacionalidad histórica se hace con las dependencias de "la loca academia de policía" de Moratinos.

 
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