Los tontos del pito

Ver la foto, pancarta en ristre, de los diputados nacionalistas en la puerta del Congreso de los Diputados daba una cierta grima. Vamos, de vergüenza ajena. Eso se llama, mezclar churras con merinas, confundir el culo con las témporas, sacar los pies del tiesto y, en definitiva, mezclar las cosas, porque querer pinchar tajada nacionalista de una final de fútbol y convertirla en un concierto de pito es una cosa bastante tonta además de paleta.

Si a la ‘pancartada’ le añadimos la salida de pata de banco de Esperanza Aguirre, incluida la cita a Sarkozy, o las declaraciones extemporáneas de Basagoiti aludiendo a los cánticos desafortunados de algunos sectores futbolísticos –cánticos que, en uno u otro sentido, se dan en todos los estadios- tendremos como resultado una memez más de nuestros políticos, de todos los políticos, tengan el color que tengan.

Lo de las pancartas tiene su intríngulis. Da que pensar y se llega a la conclusión de que la de ‘pancartero’ debe de ser una de las profesiones con menos índice de paro que haya en este país. ¿Quién les confeccionó la pancarta trilingüe a los eximios tribunos de los partidos nacionalistas? ¿Los servicios de la Cámara? ¿Externalizaron la implementación? ¿La pagaron ellos de su bolsillo? ¿Dónde y cómo la guardaban a priori y la recogieron a posteriori? Todas preguntas memas a juego con la memez de los susodichos, los tontos del pito, los liantes de las pitadas a la Monarquía, a la bandera y al himno nacional.

El ‘por qué no te callas’, en este caso en plural, hubiera venido al pelo.

Estamos pura y simplemente ante un partido de fútbol. Que la final se juegue entre dos equipos de autonomías beligerantes en el asunto de las nacionalidades quiere decir que va a tener su correspondiente protesta, más o menos masiva, en relación a los símbolos de España, nación a la que algunos de ellos dicen no pertenecer. Eso se traduce en pitadas y abucheos a las personas reales y a los símbolos del país que ellos repudian. Bueno, ¿y qué?

Como ya ocurrió en Valencia- metedura de pata del volumen de la música ambiente incluida- eso dura lo que tarda en comenzar el partido y los tontos del pito no siguen a los otros tontos del pito y de las pitadas y se dedican a animar a su equipo o a los cánticos más o menos educados contra el adversario a la primera entrada dura que se produzca.

Y para eso los políticos salen con pancartas paletas y hacen declaraciones memas.

Mira que si les diera por hacer pitadas, a los españoles apuntados al paro…

 
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