La virginidad política de Carmena

En esta última semana Manuela Carmena, la alcaldesa de Madrid, ha mantenido una continua presencia en los medios de comunicación. Tras la entrevista con Carlos Herrera, se hizo presente en el Foro de ABC y, en ambos, entrevista e intervención, dejó declaraciones y frases para dar y tomar.

Se trata de una presencia lógica si la contemplamos desde el prisma del bajón de Podemos en las encuestas, de los controvertidos y ‘familiares’ nombramientos en el municipio y de la proximidad de las elecciones, que exige administrar una dosis de tranquilidad a ciertos estamentos.

‘Que nadie se asuste que no soy comunista’. Además de que no se entiende muy bien que una demócrata de toda la vida, que derrocó a la dictadura franquista y que califica de ‘preciosa’ la transición, piense que un partido y una ideología legal, como otra cualquiera en España, puede asustar a nadie, es curioso el afán de Carmena de propalar a los cuatro vientos su virginidad política.

Nos cuenta la alcaldesa que no pertenece a ningún partido político; militó en el Partido Comunista, pero, al parecer, ‘militó poquito’. No es comunista, no es política, no quiere pertenecer a ninguna formación política. O sea que es políticamente virgen.

Pero esa virginidad política es, cuando menos, dudosa porque Manuela Carmena se presentó a las elecciones en las listas de una determinada formación política y es alcaldesa gracias a los votos de los concejales de dos partidos políticos concretos. Virginidad política más bien escasita.

Afirma Carmena que los concejales de Podemos, en su puesto, no tienen nada que ver con Podemos y que no siguen sus directrices (¡¡¡). Sigue con la cantinela de los miedos y dice a los empresarios que no teman porque ‘necesitamos a las empresas’. Sabia deducción.

Y ya puesta a dar noticias y a anunciar realizaciones, nos cuenta lo de los coches eléctricos, lo de las basuras, lo de los niños malnutridos, lo de las ‘operaciones ineficientes pero no ilegales’ y, la más importante y tranquilizadora de todas las nuevas: ‘en el Ayuntamiento no hay enchufismo’.

Su estilo es no arrepentirse de nada y viaja en autobús, por más que una joven periodista persiga a la alcaldesa para ver si se sube a un coche.

Manuela Carmena dice que ‘no soy de nadie, soy independiente’.

 

De acuerdo, pero ¿de quién independe?

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