Carmena y su Versión Original de la sexualidad

Entresacando de su intervención y de su encuentro con los periodistas algunas consideraciones, surgen algunas preguntas a la alcaldesa.

Insistió en que hay que educar sexualmente, porque “es algo oculto de lo que no se habla”, y que hay que indagar las causas de la prostitución.

¿Qué no se habla de la sexualidad? Se habla y escribe con gran difusión, empezando por la publicidad de algunos medios de comunicación, cuestión que también debería abordarse. Si lo que quiere decir es que no se trata adecuadamente, con un sentido de la dignidad de la persona, ahí sí estoy de acuerdo. Pero me parece que no va por ahí Carmena, y que el sentido de la dimensión sexual de la persona adquiere en ella una distorsión que no comparto.

Sobre la prostitución, resulta fácil recordarle a Carmena que se califica como “el oficio más antiguo del mundo”, por lo que estamos hablando de un problema muy antiguo, y no es tan sencillo resolverlo. Aunque coincido con Carmena en que hay que analizar las causas, para poner los remedios, me temo de nuevo que en las causas es muy probable que no coincida con ella y, por tanto, en los remedios tal vez tampoco.

Carmena ha reclamado que se estudie “la manera de educar en la sexualidad”. Me apunto a ese reto, pero me temo de nuevo que ella pretende silenciar en la investigación y los estudios pertinentes a cuantos no piensen como ella. Vamos, que me parece que demanda una educación sexual en “Versión Original”, como se denomina la web del Ayuntamiento de Madrid que tantas críticas ha recibido por la desconfianza que supone contra los medios de comunicación, atribuyendo a algunos sectores el patrimonio íntegro del sentido de la sexualidad.

Pide que se mejore la educación sexual, pero no da ninguna pista. A eso le llamo yo demagogia, o escasez de cerebro político, o sectarismo. Lo ha pedido en el Vaticano precisamente, cuando es evidente que la Iglesia Católica ofrece unas pautas para la educación sexual, enmarcada en la dignidad humana, y sus palabras llevan a pensar que rechaza ese tipo de educación sexual, porque la conoce hasta Carmena. No hizo mensión a la homosexualidad, sobre la que tiene una opinión ya expresada, que no coincide con las pautas educativas de la Iglesia Católica.

Carmena aludió a las políticas de represión de la trata de personas con fines de explotación sexual, y ahí espero ver qué hace ella en Madrid. Hay mecanismos legales para descubrirla, sancionarla y contribuir a dignificar plazas, calles y lugares de ocio. Si se esmera en esa política, me creeré algo más la autenticidad de sus palabras, pero mientras tanto le pido su “Versión Original de la Sexualidad”, porque puede que choque de entrada con muchas opiniones, y la quiera imponer dictatorialmente.

 
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