El laberinto de Mas

Artur Mas se encuentra atrapado en el laberinto que él mismo ha pergeñado. Si tuviera dignidad política, la única salida que le queda es dimitir, pero hasta ahora no ha dado muestras de tener la altura política que Cataluña requiere. Sólo ha esbozado que necesita otros partidos para seguir con el "proceso" (¿a ninguna parte?). Sigue atrapado en sus delirios, que no son otra cosa que calmar la protesta catalana por el deficiente gobierno de Mas e intentar tapar todos los problemas con un independentismo alocado. El "logro" de Mas ha sido movilizar al electorado, que ha votado a otros partidos: el tiro por la culata.

Sobran calificativos para resumir el balance tan negativo para CiU. Podría haber gobernado dos años más con 62 diputados y, agobiado por los problemas de Cataluña, no se le ocurre otra cosa que adelantar las elecciones, pidiendo una mayoría absoluta -68- para llevar a cabo sus planes independentistas. Los 50 diputados que ha obtenido son el reflejo de los deseos catalanes: otra política.

Mas construyó su laberinto, pero también lo es para todos los demás. A un adelanto electoral irresponsable y engañoso, se sucede una respiración contenida por el panorama político que ha quedado en Cataluña. La opción más probable –gobernar con ERC, que ha crecido espectacularmente y con el que sumaría mayoría absoluta- suscita enormes dudas: ERC ha criticado duramente la política de CiU en estos dos años y su apuesta independentista sin disimulos podría generar un socavón en el electorado de CiU de imprevisibles consecuencias.

Mas sólo tiene una salida en el laberinto que ha fabricado él mismo, que es la dimisión, y que su sucesor cambie planteamientos y negocie la investidura y la gobernabilidad de Cataluña durante los próximos cuatro años. Si gobierna Mas, se le puede ocurrir dentro de un año adelantar otra vez las elecciones ¡quién sabe! El sucesor de Mas debería deshacerse de los delirios de fondo y formales de Mas, y pensar bien con quién pactar. Con ERC habrá una tensión diaria y una más que previsible ineficacia en el gobierno. Si el sucesor de Mas sigue pensando en el bien de Cataluña –salir cuanto antes de la delicada situación económica y laboral, estimular la dinámica sociedad catalana-, debería hablar cuanto antes con Mariano Rajoy, para recomponer el diálogo y buscar con sentido práctico lo mejor para Cataluña, para CiU y para España. Con un PSC en declive y sin liderazgo, CiU no tiene nada que ganar, y mucho que perder.

No sólo Mas debe deshojar la margarita. CiU debe reflexionar, y no poco, e imponer a Mas la solución más razonable: enseñarle a Mas que el poco crédito que tenía lo ha dilapidado y no puede gobernar Cataluña. Mas, si nadie le detiene, gobernará con ERC, y pienso que no es la solución serena que Cataluña necesita. ¿Gobernabilidad práctica o independentismo a ultranza? Es la cuestión.

Y como apunte casi anecdótico que haga sonreír al lector de estas líneas, en tiempos de tanta tensión, contesto a un amigo que se planteaba si UPyD se presentaba a estas elecciones. Yo le dije que por supuesto. Pues bien: UPyD ha logrado 14.552 votos y ningún diputado... menos que un partido denominado Piratas de Catalunya, que ha logrado 17.942. Tanto UPyD como Piratas de Catalunya han mejorado sus resultados de 2010, por lo que deben estar muy contentos.

 
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