Cabeza de cerdo (revisable)

Se llama Ioan Clamparu, pero sus amigos de fechorías le conocían popularmente como “cabeza de cerdo”. Estos días se le juzga en la Audiencia Provincial de Madrid, acusado de cuatro delitos de prostitución, un quinto por corrupción de menores y otro por promover un aborto ilegal.

Los relatos que se están escuchando estos días en sede judicial son sobrecogedores. Tres testigos protegidos, que no se han presentado en el juicio pero han declarado por escrito, describen abusos y atropellos sin cuento.

“Me pegó un puñetazo en el vientre y comencé a sangrar, y de ahí me llevaron a una clínica a abortar”. Posteriormente, un perito confirmó que en la exploración de las mujeres detectó varios abortos. Las forzaron a seguir vendiendo su cuerpo tras esas intervenciones, obligándolas a ponerse un algodón dentro.

La policía tiene acreditado que la banda prostituía contra su voluntad a más de cien mujeres. Llegaron a España engañadas. ‘Cabeza de cerdo’ y sus colegas les aseguraron que tenían aquí trabajo para ellas... de camareras o como empleadas de servicio doméstico. Algunas accedieron a venir para darles un futuro mejor a sus hijos.

Una de las chicas un día pidió ver a Clamparu y le dijo que no quería trabajar más de prostituta, que estaba cansada de vender su cuerpo, que no podía más con ese horario matador de diez de la noche a cinco de la mañana. El capo se levantó, se acercó a ella y le arreó un puñetazo que la tumbó en el suelo.

Se habla de “palizas continuas a las rumanas”. Los intentos de evasión de sus víctimas eran rápidamente contestados, con más castigos y más tundas.

El miedo que llegaron a tener estas chicas a su captor las ha dejado trastornadas, según relata uno de los investigadores. “Llegaban destrozadas y durante mucho tiempo tenían como paranoia, sentían que alguien les perseguía a todas horas”.

Alberto Ruiz Gallardón anunció hace unos días que el Gobierno va a estudiar la implantación de la “prisión permanente revisable” para supuestos muy restringidos y causantes de una alarma social.

No sé qué pensarán ustedes pero a mí me gustaría que este Ioan Clamparu pudiera pasar a la historia como el primer preso permanente revisable de la justicia española.

 

Me gustaría.

Más en twitter: @javierfumero

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