Nenes con rastas y cargas policiales

No me gusta nada lo que está pasando en Valencia. Hay varias cosas que no me cuadran, que no entiendo, que no me parecen bien.

En primer lugar, la delegada del Gobierno debería hacérselo mirar. Usar la fuerza para reprimir una manifa de gente joven es algo muy delicado y muy serio. ¿Eran realmente una amenaza grave? ¿Fue el último recurso? ¿No se pudo utilizar otra estrategia? ¿Había que dejar heridos?

Por otro lado, el Ejecutivo valenciano debería buscar otro tipo de respuesta a las demandas de estudiantes y profesores. Algunos sólo piden calefacción en sus recintos. No parece que sea pedir demasiado. La violencia debe quedar únicamente para casos extremos.

Sin embargo, también digo otra cosa: me sorprende el aspecto de algunos “nenes” alborotadores. Tienen el inconfundible perfil de esos antisistemas que han pasado a la historia en nuestro país por su fama de reventadores. Talluditos, rastas, pañuelos palestinos, armados con botellas... Han dejado cinco policías heridos. Quizás les han hecho pupa con el portaminas.

Creo que algún colega periodista debería abandonar la demagogia en busca de la ecuanimidad, dejar de vendernos la burra de unas protestas integradas sólo por cándidos chiquillos pertrechados de sus mochilas a la salida del cole. Alguien, ajeno a los chicos, está intentando pescar en río revuelto.

Otra cosa más. Nadie había convocado una manifestación legal. No se había solicitado el preceptivo permiso que suele registrarse al convocar una concentración como esta, como suele ser lo habitual cuando uno quiere protestar legítimamente en la calle.

Dicho lo cual, me parece que el Gobierno central debería tomar cartas en el asunto. La cuestión no es baladí y, si no se gestiona convenientemente, podría hacerle mucha pupa al Partido Popular.

Tiempo al tiempo.

Más en twitter: @javierfumero

 
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