Lo de Urdangarín no es “acoso” ni “campaña de desprestigio”

Iñaki Urdangarín se convierte este sábado en el primer miembro de la familia real española que responde ante la Justicia. La familia del marido de la infanta Cristina, la hija mediana de los reyes Juan Carlos y Sofía, ha hecho una declaración pública asegurando que su hijo sufre una campaña de “acoso” y “desprestigio”.

No estoy de acuerdo.

Urdangarín debe dar cuenta como imputado por un caso de malversación de caudales públicos, prevaricación, falsedad documental y fraude a la administración en el tiempo en el que estuvo al frente del Instituto Nóos, una organización supuestamente sin ánimo de lucro.

Es decir, que un juez considera que hay indicios de delito. Y se trata de un miembro de la familia real, ahora desplazado. Lo que quiere decir que tiene una especial responsabilidad por lo ejemplar de su posición.

Alguien podría considerar que los medios de comunicación han “acosado”. Pero no lo creo. Han ido revelando partes del sumario y de las investigaciones del fiscal y del juez. Lo que se ha contado figura en documentos judiciales. Eso no es acoso, es algo real.

Otra cosa es –y ya lo he manifestado públicamente en otras ocasiones- que las autoridades deban remedio a este perverso sistema judicial que permite que una persona pueda pasar, meses y meses, en el ojo del huracán de un procedimiento judicial sin que tenga oportunidad de saber oficialmente qué se le imputa, ni por tanto pueda defenderse.

Eso no me parece bien. Pero no se llama “acoso” ni “desprestigio”.

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