A dónde va ECD, de dónde viene

En abril, El Confidencial Digital cumple cuatro años de vida. Lejos quedan unos inicios tan modestos como esperanzados, en torno a un portal sin secciones ni estructura especial, una herramienta acorde al tamaño del proyecto. Aquellos fueron los comienzos. Poco tiempo después se afrontaron otras etapas importantes. En marzo de 2003, ECD acometió su primera renovación total de diseño, más moderno, cuidado y con abundantes secciones. Es el que ha llegado hasta el día de hoy. Han sido cuatro años de aportaciones, de exclusivas, informes, pistas y detalles, ofrecidos desde la independencia, la objetividad, el juego limpio y la transparencia. Al contrario de lo que otros han decidido, ECD sigue siendo un confidencial, en el sentido genuino del término. Un medio comprometido con la información y con sus lectores, que trabaja, día tras día, por adelantar noticias. El Confidencial Digital no se limita a publicar lo que otros han descubierto, ni reproduce sin más entrevistas de algún modo políticamente correctas, ni espera la llegada del texto inédito en forma de dossier. ECD está formado un equipo pequeño pero vivo, ilusionado en seguir la senda del auténtico periodismo. Trabajamos —como hemos acreditado de sobra en estos cuatro años- para aportar diariamente informaciones originales y datos propios, que ayuden a los ciudadanos a saber y comprender lo que está pasando. Es un terreno espinoso, y no han faltado —igual que a otros medios que aportan información propia- experiencias que han servido para constatar la incomodidad que eso supone para algunos. Anunciar una negociación en ciernes, adelantar la estrategia de algún importante actor social, o destapar los entresijos de esos encuentros cuyos protagonistas desearían mantener en secreto, nos convierte en incómodos desveladores de la realidad. Quizá por esto, algunos siguen tratando de deslegitimar nuestro trabajo, insistiendo machaconamente sobre una misma idea: los confidenciales son únicamente altavoces de rumores. Por curioso que resulte, una gran parte de estas críticas provienen de la propia prensa escrita, de colegas de la radio o la televisión que desacreditan, sin más preámbulos, este modo de trabajar. Como si disponer de redacciones descomunales, asistir a ruedas de prensa oficiales y recibir notas de prensa, o bailar al son de la agenda político-económica marcada por los protagonistas de turno, fueran la única manera de hacer información. Lo que ECD ha confirmado —al igual que soportes semejantes, pero nosotros en primera línea- es que Internet permite reducir tremendamente los costes de producción en la tarea informativa, hasta el punto de poder dedicar todos los recursos de que uno disponga (pocos o muchos) a la única y exclusiva tarea de llegar a las fuentes. ¿Los resultados? Nuestra trayectoria está sazonada ya de un buen puñado de exclusivas en terrenos tan especializados y tan poco “transparentes” como la Política, la Economía, los Medios de comunicación o las Casas Reales. Hay que recordar que fue El Confidencial Digital el que reveló, en exclusiva, la entrevista secreta  entre Zapatero y Josu Jon Imaz celebrada en La Moncloa en enero de 2005; en estas páginas apareció la pormenorizada descripción de las claves de un misterioso golpe de estado en Guinea; ECD fue el único medio informativo que ofreció, día tras día, detalles de cómo y donde transcurría la luna de miel de los Príncipes de Asturias, en la isla de Koh Muk , en Beijing y la India , y en un crucero por el Mediterráneo . Desde aquí se han contado las presiones del Gobierno sobre los informativos de TVE; hemos anticipado relevos en la dirección de algunos medios, como la revista Tiempo, el diario La Razón , la salida de Alfonso de Salas de Unedisa hacia El Economista, la marcha de Pedro Piqueras de la dirección de RNE o se han desvelado las intenciones de la SEPI sobre TVE y sobre RNE. También hemos apuntado los primeros, las peculiaridades del estado de salud  del presidente del Gobierno, numerosos detalles sobre lo sucedido en la principales operaciones financieras que se han dado en nuestro país, o la celebración el pasado 22 de junio, de una reunión secreta  en el Sur de Francia entre miembros del PSOE, personas del entorno de ETA y otros intermediarios. Adelantamos los temas  que se trataron en ese encuentro clave para el anuncio de una tregua por parte de ETA que ahora se anuncia. Para obtener las informaciones mencionadas —y otras muchas, de menor alcance pero igualmente relevantes y significativas- ECD ha seguido las reglas básicas del periodismo, contrastando todos y cada uno de los datos que nos han llegado. Indudablemente, no hemos sido ajenos a algún error propio de esta profesión, por precipitación, imprudencia, o la falta de todo el celo que requiere el oficio. No nos ha importado reconocerlo, porque no nos consideramos infalibles. Y en esos casos hemos rectificado inmediatamente. En esa tarea estamos, conscientes de que la carrera hacia la consolidación definitiva de esta fórmula periodística pasa por la credibilidad y la solvencia de nuestro trabajo. Por eso, iniciamos hoy una nueva andadura técnica, pero en la que nuestras pautas informativas van a seguir siendo las mismas: el rigor y la solvencia. ECD presenta un diseño renovado, nuevas secciones y una mayor implicación con los lectores, a través de un nuevo foro (“La tertulia”) y una sección específica para dar voz a las denuncias de los ciudadanos. También incorporamos un nuevo formato de Fin de Semana y un espacio para las “Últimas noticias”, que nos permitirá aportar la información en cuanto llegue a nuestro poder, en cualquier momento de la jornada. El desafío sigue siendo enorme, es cierto. Pero seguimos contando con el apoyo de los lectores, día a día más numerosos y cualificados. Nos seguirán siendo muy útiles cuantas indicaciones quieran formularnos, para continuar mejorando lo que ya hacemos. Porque, como ya anunciamos años atrás, lo de ahora es solamente una etapa más, a la que seguirán otras mejoras.

 
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