ETA, muy contenta con Zapatero

La banda terrorista ETA, en su último comunicado del pasado día 22, decía textualmente: “el Gobierno español debe expresar su compromiso de respeto a lo que el Pueblo Vasco acuerde y decida sobre su futuro”. El Presidente del Gobierno, siete días más tarde, en su comparecencia ante los medios de comunicación, que no ante el Congreso, afirmaba, también textualmente: “el Gobierno respetará las decisiones de los ciudadanos vascos que adopten libremente”. ¿Simple coincidencia?: ¡Ni mucho menos! Simple constatación de que Zapatero está a merced de lo que diga y le pida ETA. Así de triste y así de claro.   Por eso se entiende que ETA-Batasuna esté tan contenta con Zapatero. ¡Pero cómo no lo va a estar!, si saben perfectamente que es el Presidente del Gobierno más débil que ha habido en España desde la transición democrática. Ni Suárez, ni Calvo Sotelo, ni González, ni Aznar, llegaron tan lejos como está llegando el actual inquilino de la Moncloa en su alocada carrera de conseguir lo que él entiende por paz a cambio del pago de un precio político.   Zapatero consumó oficialmente el pasado jueves el despropósito de anunciar que autoriza los contactos del Gobierno con la banda terrorista ETA y lo hizo, aun sin contar con el apoyo ni del principal partido de la oposición, ni de las víctimas del terrorismo. Con el PP, el Presidente del Gobierno nunca ha querido contar, ni para esta cuestión ni para ninguna otra. Su estrategia es arrinconar al partido presidido por Rajoy, aislarlo y presentarlo en ese estado de soledad política ante la opinión pública. Lo que había sido uno de los mejores instrumentos en la lucha antiterrorista, la unión y el entendimiento entre los dos grandes partidos que pueden gobernar en España, Zapatero lo ha dilapidado en los veintisiete meses que lleva en la Moncloa.   En cuanto a las víctimas del terrorismo, el Presidente del Gobierno nunca las ha escuchado ni las ha tenido en cuenta. Las ha intentado arrinconar, dividir, enfrentar, porque sabía que podían ser un estorbo en esta fase de su “proceso de paz” que ahora comienza y que no es otra cosa que la rendición ante ETA. Zapatero prefiere la foto de la parlamentaria del PSE, Genma Zabaleta con la batasuna Jone Goirizelaia –es la “foto del futuro”, dijo-, a la que pueden protagonizar Rosa Díez con una víctima del terrorismo como Pilar Elías, que tiene que soportar el escarnio de cruzarse todos los días con el asesino de su marido ya que tiene instalada una cristalería en los bajos de su casa.   Todo es un gran despropósito. Hace dos años, ETA se encontraba contra las cuerdas y su brazo político, Batasuna, ilegalizado y con el agua al cuello. Ahora, la banda terrorista se va a sentar de “tú a tú” con el Gobierno, le marca los tiempos y los ritmos a Zapatero y Batasuna se ha convertido en el eje de la política vasca. Dentro de muy pocos días, el PSE se va a reunir con ellos, en lo que supone una gravísima afrenta a los demócratas, a todos los que en estos años han luchado por la libertad en el País Vasco y a las víctimas del terrorismo.   Zapatero no se ha cansado de repetir que lo que él llama de forma inmoral –porque aquí no ha habido una guerra, sino unos que han matado y otros que han sido asesinados- el “proceso de paz” va a ser “largo, duro y difícil”. ¡Y tanto que lo va a ser Presidente!, fundamentalmente por su falta de principios, por su carencia del más mínimo respeto a la memoria y a la dignidad de las víctimas del terrorismo; por su rendición ante una banda terrorista que durante cuarenta años no ha hecho más que asesinar a ciudadanos españoles por llevar un determinado uniforme de servidor público, por militar en partidos políticos que defendían la Constitución, o simplemente porque pasaban por allí.   Claro que va a ser un camino largo, duro y difícil, y habría que añadir que triste, muy triste, porque, al final, ETA va a conseguir con Zapatero, lo que no ha logrado en cuarenta años. Si ahora se va a ceder ante los terroristas, es legítimo que muchos españoles nos preguntemos: ¿por qué no se cedió antes y nos hubiéramos evitado muchos muertos? ¿Puede responder a esta pregunta señor Presidente?

 
Comentarios