La TDT habla catalán

La televisión pública catalana (TVC) es una de las más avanzadas de Europa en lo que se refiere a desarrollos para televisión digital terrestre (TDT). Es pionera en la puesta en marcha de aplicaciones para televisión interactiva, que ha conseguido explotar y vender incluso fuera de España. Ha sido también la primera en Europa --si no me falla la información--, en desarrollar servicios para el estándar común MHP y cuenta con equipos profesionales y técnicos que lideran grupos de trabajo nacionales e internacionales. Vaya pues, por delante, mi reconocimiento a su competencia y capacidad. En este contexto, no resulta extraño que Joan Majó, Director General de la Corporació Catalana de Radio i Televisió (CCRTV), haya sido elegido presidente por unanimidad de la recientemente creada Asociación para la Implantación y Desarrollo de la Televisión Digital Terrestre en España, promovida por el Gobierno e integrada por RTVE, Telecinco, Antena 3, Sogecable, Forta, Net TV, Veo TV y Abertis. Lo sorprendente de este nombramiento no es tanto que haya recaído en una persona de perfil sobresaliente y en una institución que reúne todos los méritos para ello, sino que haya obedecido precisamente a razones de mérito “técnico”, cuando hasta la fecha habíamos venido entendiendo —al menos yo lo había entendido así– que el liderazgo de la TDT recaería en RTVE por razones no sólo “técnicas”, que las hay y sobradas, sino principalmente por criterios estratégicos, de unidad de mercado, de impulso global en todo el territorio cubierto por los operadores nacionales (de la nación España). Tanto desde RTVE como desde instancias del Gobierno se viene insistiendo desde hace años en el papel de líder que corresponde asumir a RTVE en el desarrollo e implantación de la TDT en nuestro país. No entro a opinar sobre si debe ser o no RTVE quien tire del carro de la TDT. En cualquier caso, este liderazgo no queda comprometido por el nombramiento de Majó como presidente de la Asociación de Operadores de TDT, que es un hecho aislado y justificable en sí mismo, pero saltan las alarmas cuando, a la vez que se produce el nombramiento, la Generalitat anuncia que invertirá 4 millones de euros en 2006 para apoyar el desarrollo de la TDT en Cataluña. Es decir, inversiones inmediatas para un plan de actuaciones concreto, con objetivos claros y ambiciosos y calendarios fijados. Y lo hace antes de que el Gobierno central haya sido capaz de concretar públicamente un plan económico de apoyo al sector o siquiera de plantear las líneas centrales de lo que será su actuación futura. Posiblemente no haya intención de desasistir a RTVE o de favorecer un liderazgo con dejación de otro, pero en el contexto actual, la duda es inevitable.

 
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