Los archivos nacionales presentan sesenta “piezas de convicción”, un conjunto de documentos originales relacionados con María Antonieta

Tras la sui géneris recreación de la vida de Maria Antonieta en la corte gala, que nos ofrece Sofia Coppola en su última producción cinematográfica, los Archivos Nacionales de Francia han desempolvado algunos de sus mayores tesoros relacionados con su decapitada reina.   Se trata de 60 documentos auténticos relacionados con Maria Antonieta, y recogidos bajo el título: “Piezas de convicción”, que ayudan al visitante a hacerse una idea propia de este personaje histórico tantas veces condenado como rehabilitado, y sobre el que siguen planeando muchas preguntas sin respuesta. ¿Era una mujer con energía o aplastada por la opresión de la corona? ¿Excéntrica y caprichosa o víctima de las exigencias del entorno? ¿inconsciente y frívola o manipuladora y testaruda?   La exposición comienza con un libro que contiene una descripción y relación de todo lo que ocurrió durante la boda de Luis Augusto, delfín de Francia, con Maria Antonieta, archiduquesa de Austria. A juzgar por lo que se recoge en este registro, los primeros días de Maria-Antonieta en Francia fueron dignos de un cuento de hadas: recepciones solemnes ofrecidas por las ciudades por las que pasaban, regalos, conciertos, bailes, representaciones teatrales, óperas, banquetes y fuegos artificiales se suceden sin cuento.   En la llamada “Gaceta de vestuario”, madame de Ossun anotaba meticulosamente el exhaustivo guardarropa de Maria Antonieta. Hoy es un testimonio único de la evolución del gusto y de la aparición de una forma de vestir moderna, que se renueva constantemente. No faltan las anotaciones precisas de los gastos que conllevaba este vestuario, y que casi duplicaban el presupuesto que tenían adjudicado, lo que llevó a Maria Antonieta a ganarse a pulso el apodo de “Madame déficit”.   Maria Antonieta escribe a distintas amigas (unas veces lamentándose por estar separada de su hija mientras se recupera de una enfermedad, otras reprochándoles que den pávulo a los rumores que circulan sobre ella), a su hermano, el emperador Leopoldo II, o a su amante (¿?), el conde Axel Fersen.   Otros documentos reflejan los momentos más dramáticos de su existencia. Están las deliberaciones de los comisarios de la Comuna adscritos a la cárcel en la que Luis XVI y su esposa fueron encerrados, para decidir si les dejaban unas tijeras para cortarse las uñas y una navaja para afeitarse.   También figura el testamento del rey, redactado el día de Navidad, en el que, además de pedir perdón por sus pecados, de encomendar sus hijos a la reina, también se dirige a ellos suplicando a su hijo que, “si tuviera la desgracia de ser rey”, renuncie a todo deseo de venganza y se consacre al binestar de sus conciudadanos. Termina perdonando a sus guardianes y dando las gracias a los que le han proporcionado algún confort, y concluye afirmando que no se reprocha ninguno de los crímenes de los que se le acusa.   Por último, se pueden contemplar los interrogatorios a los que fueron sometidos Maria Antonieta y sus hijos, el acta de acusación contra la reina y su condena a muerte.

 
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