El verano sí importa en televisión

Si uno de los lemas más coreados del pasado fin de semana en las calles de Madrid fue “La familia sí importa”, en las cadenas de televisión la frase más repetida es “El verano sí importa”.

Aquellos meses estivales completos de repeticiones ya son historia. Las televisiones aprovechan el verano para testar nuevos programas –o no tan nuevos, como luego veremos- que puedan tener una segunda oportunidad en las siguientes temporadas. En este contexto, agosto despunta como un mes crucial que puede marcar un punto de inflexión por el ser el puente entre la vieja temporada  y la nueva de septiembre.

Descuidar tan solo una franja puede resultar muy peligroso; y si no que se lo pregunten a TVE 1, que perdió el liderato hace ya más de un año –en mayo de 2004 - y ha tenido que esperar hasta el presente mes de junio para ascender hasta el segundo puesto –casi empatada con Antena 3.

A medida que la neotelevisión se ha ido consolidando, hemos sido testigos de cambios importantes en la programación: aumento de las horas de emisión, del consumo, mimesis de los formatos de éxito, globalización de las parrilla, etc. Un último hito lo constituye el hecho de que, durante los últimos veranos, la programación estival haya ganado en competitividad.

Continúan los típicos programas veraniegos de contenido “fresco”, “colorido” y “ligero”, pero también es cierto que cada vez más las cadenas programan espacios fuertes con posibilidad de segundas partes en un futuro cercano. Un ejemplo de ello es Operación Triunfo en Tele 5. Resulta evidente que la cadena de Fuencarral no ha adquirido los derechos de este formato sólo para rellenar la parrilla de verano, sino que su intención es reactivarlo y reprogramarlo más adelante. Estamos ante un programa bien conocido por todos, pero que supone una novedad por la circunstancia de que ahora es otra cadena la que lo emite.

Año tras año, se confirma un fenómeno curioso. Dudo entre llamarlo invernización de la programación estival o veranización de la temporada de invierno, pero lo cierto es que cada vez son más parecidas. El color y el contenido ligero son características permanentes.

El verano también nos trae algún clásico como el Grand Prix, que otro año más enfrenta en La primera a pueblos de toda España. Su larga vida en antena –ésta es la undécima edición- empieza a pasarle factura y en su noche de estreno tuvo que conformarse con un 14,9% de share. Tampoco parecen haber empezado con gran fuerza Ankawa, el programa de animales presentado por Bertín Osborne, y el concurso musical Gente de primera, ambos emitidos por TVE 1. El primero obtuvo en su primera entrega un 21,9% y, en su segunda emisión, descendió hasta un 17,4% de cuota de pantalla. Gente de primera sobrepasa el aprobado justo con cifras en torno al 20%.

Mejores resultados cosecha ¡Mira quien baila!, el concurso de bailes de Televisión Española presentado por Anne Igartiburu, un 31,6% y un 25,2% de share lo avalan de momento –su segunda emisión sufrió la dura competencia de Spiderman en Antena 3. Por lo visto, ver brincar a Fernando Romay –por llamarlo de alguna forma- y escuchar las valoraciones de Mariano Mariano –gran experto en baile- tiene su encanto.

El Casting de OT también obtiene unas buenas cifras, logrando en su primera semana  resultados que oscilan entre un 21,6% y un 23,3% de cuota de pantalla. Precisamente será este espacio el que sustituya a Agitación + IVA, que tras cuatro emisiones, sus datos de audiencia difieren mucho de los esperados y de los obtenidos por Vaya Semanita, la versión original emitida por la ETB.

 

Un año más, la programación veraniega se perfila como el paradigma de la televisión del entretenimiento; es decir, la única que tenemos. ¿Acaso alguien conoce otra?

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