Video: PP, Vox y C's tildan a 'Sumar' de proyecto "artificial" y de "comunismo maquillado"

En Génova abordan los distintos escenarios de Sumar en función de si habrá pacto con Podemos o Díaz irá sola con las distintas marcas territoriales que ya se distanciaron de Iglesias

En el PP empiezan a analizar las variables que introduce Sumar, la plataforma con la que Yolanda Díaz irá a las generales, en el tablero electoral. Y no son pocas. En el partido de Alberto Núñez Feijóo no hay consenso sobre cómo evolucionará el instrumento de la vicepresidenta segunda del Gobierno. Algunos dirigentes dan por hecho que habrá pacto con Podemos porque la división de la izquierda sería letal para ese espacio. Pero hay otros cargos de Génova que valoran otro escenario, el de que la ministra de Trabajo y el partido que simbólicamente sigue dirigiendo Pablo Iglesias, no lleguen a un entendimiento.

En lo que sí parece haber unanimidad, según explican distintas fuentes del PP, es que Díaz es un "elemento de movilización" dentro de la izquierda entre electores “desencantados o desmotivados” con Sánchez. En ese sentido, siguen defendiendo que los principales riesgos de la operación de Sumar, “que se puede descontrolar", afirman, están en el bloque de la izquierda y no de la derecha.

Sobre todo, dicen en el entorno de Feijóo, porque el electorado socialista al que se dirige el PP está más cerca de los planteamientos de Emiliano García-Page (presidente de Castilla-La Mancha) o Javier Lambán (Aragón). Y consideran, en ese sentido, que los votantes que en este momento se plantean cambiar su apoyo a Sánchez por Feijóo no son potenciales electores de Sumar. “Hay distintos votantes que no creen ya en el presidente del Gobierno. Y si hay socialistas a los que les puede motivar la candidatura de Yolanda no son los mismos a los que nos dirigimos nosotros. Feijóo va a por el electorado que se creyó que Sánchez no pactaría con Podemos”, insisten.

El portavoz electoral del PP, Borja Sémper, negó este lunes en la sede nacional que su partido tuviera alguna preocupación por los efectos de Yolanda Díaz. Sin embargo, hay dirigentes populares que sí reconocen que los efectos de la plataforma pueden tener réplicas que terminen afectando a todos los actores políticos.

La posición del PP es que el trasvase de votantes entre Díaz y PSOE no afecta al PP. Y aunque públicamente se empeñan en señalar la militancia de la vicepresidenta en el PCE, su vinculación a IU y su amplia trayectoria por distintos partidos, todos de una izquierda bastante más radical que el PSOE, nadie niega en Génova que la imagen, el tono y el discurso de Díaz tiene poco que ver con el de Iglesias. Asumen, en este punto, que la vicepresidenta no genera el rechazo que sí causa el anterior líder de Podemos e incluso el presidente del Gobierno.

De hecho, hay dirigentes populares que consideran que el discurso duro de Sánchez en los últimos meses (desde el anuncio del impuesto a bancos y energéticas o el señalamiento directo a los grandes empresarios) le permite hasta cierto punto conquistar a un electorado más cercano a Podemos, mientras que Díaz puede captar votante más cercano al PSOE que en este momento reniega de Sánchez.

La tesis, en todo caso, es que la cuenta de ese trasvase termina en empate y no reportará un crecimiento tan elevado al PSOE. Excepto, explican otros dirigentes, la movilización que sí puede provocar la vicepresidenta dentro del abstencionismo.

Feijóo no cambio su estrategia

En mitad de todas las incógnitas que despierta Sumar y a la espera de cómo evolucione el espacio, sobre todo después de las elecciones autonómicas y municipales en las que el PP prevé una debacle importante de Podemos, en Génova reiteran que la hoja de ruta de Feijóo no se verá alterada por la candidatura de Díaz. Tampoco lo hizo la moción de censura de Vox en la que Santiago Abascal clamaba por un cambio en el sentido del voto para que los populares se pasaran al sí a Ramón Tamames.

Feijóo sigue mirando al medio millón de votantes que según las distintas encuestas (también el CIS, en algunos momentos superando esa cifra y en otras acercándose más a los 400.000 electores) podrían pasar de la papeleta socialista a la popular. El dirigente gallego se ha esforzado por distanciarse de Vox, no mirar por el retrovisor ideológico de los ultra y ampliar sus batallas sociales (desde el aborto hasta el feminismo) para lanzar un guiño al votante centrista.

"No vamos a dejar de mirar a ese electorado", mantienen. También porque consideran que la estrategia de Sánchez, repartiéndose los objetivos con Yolanda Díaz, deja "el centro al descubierto". Más allá de si Iglesias, Irene Montero o Ione Belarra acaban dando su bendición a la vicepresidenta, Génova pone el acento en otros actores como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que también "restan" o "ahuyentan" a algunos electores que podrían ver con buenos ojos a Díaz.

Ayer mismo Sémper llamó a Vox "derechita cobarde sin propuestas políticas" desde la sede nacional del PP en un intento claro de seguir marcando distancia con los de Abascal, mientras el Gobierno arranca la precampaña electoral hablando de coaliciones: la reedición del Ejecutivo actual o un pacto que da por seguro entre populares y Vox.

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