El pellet ha muerto. Viva la bomba de calor

Las nuevas alternativas para calentar el hogar está frenando la demanda de pellets gracias a alternativas más baratas

El pellet ha muerto. Viva la bomba de calor
El pellet ha muerto. Viva la bomba de calor

El panorama de la calefacción ha experimentado una transformación significativa debido al aumento de precios en la electricidad, el gas y el gasóleo, lo que ha provocado con las estufas de pellets sean una alternativa muy demanda.

En este contexto, no solo el pellets ha ganado popularidad, ya que las estufas tradicionales de leña también han sido una alternativa al alza en los últimos años, gracias a unos costos más económicos en comparación con las calefacciones habituales que podemos encontrar en cualquier hogar.

Sin embargo, el costo del pellets sufrió un rápido aumento en los últimos meses del 2022 y en este 2023, elevándose en un 67% en un lapso de solo un año. Este incremento llevó el precio por kilogramo de pellet de menos de 0,30 euros en 2021 a superar los 0,50 euros en muchas regiones de España. Esto impactó directamente en los usuarios, con un saco de 15 kilos que pasó de costar poco más de 4,5 euros en 2021 a alrededor de 8 euros en 2022, según datos de la Asociación Española de la Biomasa (AVEBIOM).

Es cierto que a partir de enero del año 2023, tras concluir la temporada invernal, los precios de fábrica de los pellets iniciaron un descenso gradual, aunque persisten por encima de los niveles de hace dos años. El saco de 15 kilos tiene un precio promedio de alrededor de 6,33 euros desde finales del verano de 2023, lo que equivale a 0,422 euros por kilo. Esto resulta en un costo de 0,422 a 0,844 euros por hora, casi el doble que hace dos años.

Alternativas al pellets

Ante este escenario de incremento de precios, han surgido alternativas que se presentan como opciones más económicas y eficientes para la calefacción:

Bomba de calor

La bomba de calor se destaca como una tecnología efectiva y rápida para calentar viviendas de forma eficiente. Es favorecida por la Unión Europea en comparación con las calderas de combustibles fósiles como el gas y el gasóleo. Estos equipos proporcionan 4 kWh de calor por cada 1 kWh de electricidad consumida, ofreciendo un rendimiento notable. A pesar del costo de la electricidad, presentan gastos moderados de aproximadamente 455 euros al año. No obstante, requieren unidades exteriores, lo que puede ser un inconveniente en algunos casos, y una inversión inicial más alta en sistemas de aerotermia aire-agua.

Caldera de gas de condensación y de gasóleo

Las calderas de gas son comunes en España y tienen un rendimiento eficiente de hasta un 110%, con un costo anual estimado de alrededor de 683 euros. Requieren suministro de gas canalizado y pueden tener costos de instalación más altos que otras alternativas.

Por otro lado, las calderas de gasóleo, aunque en declive, siguen siendo una opción para viviendas sin acceso a gas natural. A pesar de su rapidez para calentar, suelen ser más contaminantes y han experimentado un aumento significativo en los costos, llegando a unos 816 euros anuales para una vivienda típica de 90 m².

En este contexto, los consumidores buscan soluciones más económicas y eficientes. La elección entre estufas de pellets y alternativas modernas dependerá de la disponibilidad de suministros, el costo inicial y el impacto ambiental. La búsqueda de sistemas de calefacción más sostenibles y asequibles continúa siendo un desafío, pero con opciones variadas, se abre el camino hacia un invierno más cálido y económico.

 

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