Tecnología adictiva, un riesgo para la salud normalizado

El cerebro maleable del menor está hoy más expuesto que nunca

Tecnología.
Tecnología.
  • La adicción tecnológica, es la de mayor crecimiento entre la población juvenil, y cada vez a menor edad. Según las últimas cifras reveladas por UNICEF, «uno de cada tres menores de edad hace uso indiscriminado de Internet, y uno de cada cinco está atrapado en alguna adicción relacionada con las aplicaciones, juegos o redes sociales».
  • Desde Schoolnurses, como otra de las competencias de la enfermería escolar, trabajan para concienciar a los menores y sus familias con talleres, charlas y actividades de los riesgos que suponen para la salud y el desarrollo de sus cerebros, ciertos hábitos que pueden convertirse en adicciones.
  • Es importante recalcar que una adicción es y debe ser tratada como una enfermedad.

Hasta hace pocos años, las adicciones comportamentales se limitaban en un sector de la población bastante definido: adolescentes y adultos. Hoy día, con la digitalización y la facilidad de acceso a Internet y a dispositivos móviles más económicos, estos están al alcance de menores a los que, por comodidad, ignorancia o falta de control, estamos poniendo en serio riesgo.

Tal y como explican desde Schoolnurses, «la competencia feroz de los desarrolladores de contenidos para hacer sus juegos o aplicaciones más adictivas, y así lo reconocen públicamente, y la lucha por hacerse con los perfiles de usuarios (conocer sus gustos y preferencias para poder también manipularlas)». «Y, por supuesto, cuanto más temprano mejor ya que son más manipulables, se ha dejado de lado la ética o un mínimo de prevención que proteja a los menores», matizan preocupados.

El cerebro maleable del menor está hoy más expuesto que nunca a caer en este tipo de adicciones asociadas directa o indirectamente a la tecnología. Un ejemplo de riesgos claros es la facilidad con la que un menor puede acceder a contenidos adultos, establecer “amistades” con amigos en las redes donde se esconden pedófilos y otro tipo de depredadores, o simplemente apostar online o entrar en casinos virtuales.

Un comportamiento para asumir riesgos o regalar su privacidad, para el que se les prepara ya en juegos tan “inofensivos” como Brawl Stars o Clash Royal, donde pueden abrir cajas sorpresa y “apostar” a ver si cambiándola con un relámpago les toca una carta mejor o peor, o normalizando la ansiedad de estar pendientes de que se termina el plazo para conseguir una caja, skin o ventaja irrepetible si juegan antes de un hora o fecha límite.

«Lo peor es que ni ellos ni sus padres perciben los riesgos; ¿Qué les va a pasar si están en su casa?», explica Jesús Ruiz, el CEO de Schoolnurses.

Según las últimas cifras reveladas por UNICEF, «uno de cada tres menores de edad hace uso indiscriminado de Internet, y uno de cada cinco está atrapado en alguna adicción. En cuanto al consumo de alcohol y otras sustancias, es más común que su consumo empiece en la adolescencia». Pero es que ya su consumo está empezando en la infancia.

Muchos padres ya ven con preocupación que los niños pasen largas horas, ya no frente a la televisión que ha dejado de ser la estrella; sino conectados a Internet y consumiendo contenidos a “su” demanda, y cómo afecta a su comportamiento. Esto es algo que pueden relacionar con una adicción, pero es necesario distinguir entre el uso excesivo de algo y tener en realidad un problema.

˝Cualquier actividad que provoca satisfacción en nuestra vida diaria puede convertirse en conducta adictiva si se pierde el control˝.

¿Qué es una adicción?

Tal y como explica el CEO de Schoolnurses, «es la dependencia a una sustancia o una actividad que además controla los pensamientos y los comportamientos de cada persona». «Las adicciones tienen graves consecuencias en las actividades y rutinas de la vida diaria, no solo para quien las sufre si no también para su entorno más cercano», matiza.

Tipos de adicciones en menores:

  • Internet. Es más frecuente a partir de los 10 años. Más allá del mero hecho de estar conectados, son las redes sociales las que atrapan su atención. Estas les permiten evadirse de la realidad, relacionarse con otros menores, sentirse populares y parte de algo.

Además, el acceso a otras fuentes de adicción, como el juego o la pornografía encuentran una buena salida a través de este medio.

· Redes sociales. Un informe realizado por Instagram sobre su influencia en chicas jóvenes mostró que esta red social resulta especialmente dañina para quienes la usan con más frecuencia. Según publicó The Wall Street Journal, «las adolescentes culpan a Instagram por el aumento de la ansiedad y depresión y aunque saben que no les gusta la cantidad de tiempo que pasan en la app, sienten que tienen que aparecer ahí».

· Videojuegos. Una de sus particularidades es que los juegos ya no son exclusivos de las consolas y están disponibles en cualquier dispositivo móvil. Esta disponibilidad hace más difícil que el niño se separe de la fuente de su adicción.

  • Televisión. Al igual que los juegos, la televisión ha hecho que sus contenidos estén disponibles en casi cualquier dispositivo. Es muy fácil que un niño pase más de 8 horas consumiendo todo tipo de programación, aunque ya estos prefieren “decidir” qué ver, y prefieren usar Youtube, TikTok, etc. donde los contenidos ya no son controlados, o incluso son fugaces y desaparecen a los pocos minutos.
  • Teléfono móvil. Los dispositivos móviles se han convertido en pequeños centros de operaciones. De hecho, son casi indispensables hasta para las actividades escolares y la línea entre el uso excesivo y la adicción se hace cada vez más delgada.
  • Sustancias. Son menos probables en la infancia y más comunes durante la adolescencia. No obstante, el alcohol y otras drogas son la vía de escape más rápida para un adolescente que se quiere evadir de sus problemas personales y familiares. Empiezan siendo el vehículo para socializar y terminan anteponiéndose a las relaciones personales. Nuevamente la tecnología ha facilitado a los menores el tener acceso a este tipo de sustancias, o ver que su consumo es “normal”.

Señales de alerta que indican un problema

Entre las señales más evidentes que indican que es necesario buscar ayuda profesional destacan:

  • Incapacidad para dejar voluntariamente la fuente de su adicción.
  • Comportamiento fuera de control para tener acceso en cualquier lugar y momento de su fuente de placer.
  • Síndrome de abstinencia. Es decir, reacciones severas ante la falta de lo que produce dependencia.
    • Síntomas conductuales: Actitudes extremas como la violencia, desesperación, autoagresión o depresión profunda.
    • Síntomas fisiológicos: Vómitos, diarrea, fiebre, letargo general, temblores, taquicardia, insomnio, pérdida del apetito o compulsión por comer, dolor de cabeza, dolores musculares.
    • Síntomas emocionales: Irritabilidad, ansiedad, depresión, pérdida de la capacidad de concentración, estados de ánimo cambiantes.

Cómo llegan los niños y adolescentes a este punto

Es evidente que la mayoría de las adicciones en edad temprana tienen mayor riesgo de desarrollo en familias desestructuradas, conflictivas y con problemas sin resolver y que son una de las principales causantes de esta patología; pero también son factores desencadenantes si se ha sufrido abuso físico, sexual o psicológico que les empuja a evadirse de la realidad.

Pero hoy, muchos adultos no pueden atender a sus hijos como necesitan y merecen por cuestiones laborales. Esta falta de supervisión parental impide que se establezcan patrones saludables en la vida cotidiana.

Todo esto ha traído como resultado una generación que, no valora su privacidad, necesitan que sea todo inmediato y rápido, y ha normalizado la violencia y la pornografía; de hecho, sufre a cada vez más temprana edad de embarazos no deseados y enfermedades de transmisión sexual, así como vez más niños y adolescentes experimentando crisis de identidad porque han borrado la línea que separa lo real de lo virtual.

¿Quién es el pringao?

Ante este reto, desde Schoolnurses, como una herramienta más de fomento de hábitos saludables, están promoviendo una estrategia en forma de concurso escolar por toda España donde darle la vuelta al problema y hacer que los menores sean los protagonistas, que sean ellos los que expliquen a sus iguales los riesgos y de esa forma asimilen como propio ese conocimiento, desarrollen un auto conocimiento y tengan medios para sentirse identificados en los comportamientos de riesgo.

El concurso ‘¿Quién es el pringao?’, que este curso se lanza en su primera edición anual, quiere ser ese espacio; «nuestro objetivo es promover una participación activa y reflexiva de los propios alumnos, que deberán aportar sus estrategias e ideas para prevenir, combatir e identificar los riesgos a los que se enfrentan a diario», «Cuando mejor se aprende es cuando debes enseñar a otros, y para un menor que además debe crear un contenido (cómic, vídeo, póster, etc.) y exponerlo a sus iguales o incluso a más mayores, debe superar un reto doble que creemos quedará fijado en su aprendizaje a largo plazo», explican desde la organización.

 

Sobre Schoolnurses

Schoolnurses es una empresa social volcada a facilitar a los mejores profesionales expertos a los colegios con el objetivo de cubrir al 100 % el servicio de enfermería con sus propios profesionales sanitarios tanto in situ o dedicados, como de apoyo multidisciplinar de otros profesionales y herramientas como SNapp, que apoyan a estos en su día a día.

Sus principales cometidos son cuidar, prevenir, promocionar la salud, fomentar la detección precoz, dar acompañamiento y continuidad de cuidados, ayudar en las gestiones epidemiológicas como la realizada en la coordinación covid actual, promover hábitos saludables entre la población, garantizar los derechos, igualdad de oportunidades y bienestar de toda la comunidad educativa y sociedad en su conjunto.

Además, por su compromiso social también destina la mayoría de sus beneficios a proyectos solidarios enfocados a la salud infantil.

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