José Apezarena

La indefensión de la Casa del Rey

La Casa del Rey ha protagonizado una iniciativa inédita hasta ahora: acudir a la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España), y en concreto a la Comisión de Arbitraje, Quejas y Deontología, en demanda de amparo.

El jefe de la Casa, Rafael Spottorno, ha enviado una carta al presidente de la comisión ante lo que califica de “escalada de falsedades y medias verdades por parte un medio de comunicación digital”, con el argumento de que la Casa se siente indefensa.

No solamente eso, sino que afirma que existe “indefensión por parte del Jefe del Estado” ante la publicación de noticias falsas amparándose en supuestas “fuentes muy cercanas a la Institución”.

Como digo, la actuación de La Zarzuela no tiene precedentes.

Pero, ¿de verdad están indefensos la Casa del Rey y el propio monarca? Técnicamente no. Les cabría recurrir a vías legales y penales ante esos y otros posibles excesos.

El problema es que una iniciativa de ese estilo, con querellas, demandas… resulta muy complicada, tratándose de protagonistas como los citados. Se plantean argumentos de conveniencia, de oportunidad, de imagen…

Cierto es que más de una vez he escuchado a personalidades de La Zarzuela quejarse de que no está en sus manos actuar ‘normalmente’ ante determinados excesos, como se comportarían personas individuales y empresas y corporaciones privadas. Ni a la hora de los desmentidos públicos, ni a la hora intentar poner freno a campañas.

No obstante, la nueva dirección implantada en la Casa del Rey con la llegada de Rafael Spottorno ha protagonizado ya no pocas novedades. Como aquella nota advirtiendo a los medios de que procederían penalmente contra quienes tomaran imágenes de los nietos de los reyes, porque, al ser menores de edad, están protegidos legalmente. O la reciente rueda de prensa celebrada en La Zarzuela para informar sobre la última intervención quirúrgica al rey.

El recurso a la FAPE bien podría ser un paso inicial, que en el futuro apuntara a acciones judiciales más contundentes. Sería, entonces, la primera vez que viéramos pleitear a La Zarzuela. Pero otras casas reales de Europa ya lo han hecho.

 
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